tareas variadas

CAPíTULO OCTAVO
UN CONSEJO SINCERO
PARA QUIENES QUIEREN ABANDONAR EL PECADO
«CALLAR Y OCULTAR UN ESTJLO
DE VIDA PECAMINOSO SÓLO CONDUCE A LA
DISCIPLINA DIVINA Y A UNA VIDA DE ANGUSTIA
Y AFLICCIÓN. EL ARREPENTIMIENTO Y LA
OBEDIENCIA SON FUNDAMENTALES PARA
SU RESTAURACIÓN y REALIZACIÓN»
Si usted conoce las enseñanzas que comparto a través de los programas de radio se habrá dado cuentaque constantemente
anhelo ser transparente. De ninguna manera quiero dar una imagen de perfecto. A pesar de todo el conocimiento adquirido, de habernacido enun hogar cristiano y de haberestado toda mi vida enla iglesia, soy igual que usted. Yo también tengo una na- turaleza pecaminosa con la que constantemente debo luchar. Quisiera decir que siempre tengo la victoria, pero no sólo seríaunhipócrita, sino que ademásharía el ridículo tratando de ocul- tar nuestra realidad humana. Sin embargo, constantemente in- tento aprender de mis errores y evitar caer en la misma
Un consejo sincero para quienes quieren abandonar el pecado
conducta errónea. De eso puede estarseguro. De los errores co- metidos y de las Escrituras he aprendido algunas cosas impor- tantes cuando se trata de luchar por viviren santidad. Por ello no quiero compartir solamenteprincipiosbíblicos, sinoalgunas sugerencias honestas para todos los que me acompañan en esta seria batalla contra el pecado.
UNA EXPERIENCIA DIFíCil Y LECCIONES GRANDIOSAS
Una de las experiencias más difíciles de mivida ocurrió mientras estudiaba en la Universidad. Estaba en mi último año enTalbot Seminary, la escuela de Teología de BiolaUniversity, en Califor- nia. Mi programa de Maestría duraba cuatro años, pero decidí
realizarlolo másrápidoposible. Megradué endos añosy medio, pero unos meses antes de mi graduación sufrí el más severo es- trés de mivida. Enese momento ni siquiera sabía lo que ocurría conmigo. Dos años y medio de estudio, sin descansar entre los semestres, no fueron fáciles. Trabajaba comopastorde una con- gregaci6n,estudiabaa tiempo completoyhadaseriosesfuerzos por estar con mi familia. Mi esposa y cuatro hijos son los que también merecen mi título. Sentí que moría. Incluso comencé a llamar desesperadamen- te a las compañías de seguros pues mi partida hubiera dejado en el total desamparo a mi esposa e hijos. La angustia me consumía pues la depresión ya no sólo afectaba mis emociones sino me agotabafísicamente. Los médicos hicieron su mejor trabajo paradeterminarqué me estabadestruyendo, pero el diagnóstico final fue que estaba totalmente agotado y la única solución era empezar un programa para recuperar mi energía y eliminar el
estrés. La experiencia fue muy dificil (puede consultar mi libro sobre el estrés) pero enriquecedora. Debido a que soy un hom- bre comprometido con la excelencia y con unagran determina- ción para alcanzar grandes metas, las grandes presiones serán mis compañeras de viaje por la vida. En ese momento ni siquie- ra sabía lo que me ocurría. Gasté más dinero del que tenía, de- moré mucho más en mi recuperación, provoqué mayores tensiones en mi familia y hasta puse en peligro mi vida porque no tenía el conocimiento necesario para detectar a tiempo mi condicióny dar lospasos necesarios para su prevencióny mi re- cuperación. Sin embargo, después de aquella experienciay debi- do a minaturaleza investigadora, aprendí quepuedo prevenirel estrés y que debo manejarlo antes de que me maneje a mí. Aho- ra no sólo conozco los síntomas que experimento cuando se acerca. Sino incluso 10 que debo hacer para evitar que aparezca en los niveles destructivos. Ahora conozco suproceso. Noto cuando empieza a manifestarse levemente y las etapas que vie- nen. Conel conocimiento necesario, sólo necesito sabiduría, de- terminación y dominio propio para no continuar en el proceso destructivo que genera el terrible enemigo llamado estrés. De la misma manera, es posible que usted mi querido lector no haya conocido nada de 10 terrible de las experiencias pecaminosas que ha...