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Las colonias de América dependían del trabajo de los esclavos. Pero a mediados delsiglo XVIII muchas personas se empezaban a cuestionar la moralidad de la esclavitud.
Durante todo el siglo XVIII, Gran Bretaña, Francia y España se enriquecieron gracias a los impuestos y a losbeneficios obtenidos en las colonias. Gran parte de su riqueza se debía al trabajo de los esclavos. Dinamarca, Suecia, Prusia, Holanda y Génova (Piamonte) comerciaban también con esclavos.
Los europeoscompraban africanos a los traficantes de esclavos y a los líderes locales, que veían en el tráfico de esclavos un medio de castigar a los criminales, deshacerse de los enemigos, librarse de los cautivos yenriquecerse con ello. No se sabe cuántos se vendieron en total, pero los historiadores han estimado que 45 millones de esclavos partieron de África entre 1450 y 1870, aunque sólo 15 millonessobrevivieron. Muchos europeos estaban en desacuerdo con el tráfico de esclavos, pero creían que era la única manera de lograr mano de obra para las plantaciones.
Afortunadamente, algunas personas comenzaron a protestar, sosteniendo que la esclavitud iba en contra de la ley de Dios y de la decencia humana. El filósofo francés Rousseau, en su obra El contrato social, escribió en 1764: «El hombre hanacido libre, pero en todas partes está encadenado». Sus escritos inspiraron la revolución en Francia y en América del Norte, y la libertad individual comenzó a considerarse como un derecho social, no yacomo un don otorgado por el rey. Las ideas de Rousseau también animaron a ciertas personas a luchar en nombre de otras que no podían defenderse por sí mismas. Políticos, hombres de la Iglesia y gentecorriente comenzaron a pensar en cómo podían ayudar a los esclavos. Pero los argumentos morales no tenían tanta fuerza como los beneficios que generaba la esclavitud.
EL FIN DEL COMERCIO DE...
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