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CRISIS: HUMANISMO – FILOSOFÍA – ÉTICA

Prof. Ramón Pérez Soto

“El hombre preguntó una vez al animal: ¿Por qué no me hablas de tu
felicidad y te limitas a mirarme? El animal quiso contestar diciendo: Porque
siempre olvido al punto lo que quería decir –pero entonces olvidó también esta
respuesta y guardó silencio; de modo que el hombre se admiró. Pero se admiró
también de sí mismo,de no poder aprender a olvidar y de depender siempre del
pasado; por muy lejos y muy rápido que avance su cadena siempre avanza
con él”[1].

Sin duda una de las palabras que mejor describe la condición del hombre moderno es la palabra “crisis”. Los gobiernos, las instituciones, la educación, son sóloalgunos de los ámbitos que deben enfrentar serias situaciones dilemáticas. Pero es, seguramente, en el ámbito individual donde aflora la crisis más profunda, extendiéndose desde allí a todos los otros ámbitos. Permítasenos ilustrarlo a través del siguiente hecho:

Hace poco tiempo atrás algunos jóvenes periodistas pusieron al descubierto el descomunal esfuerzo que muchos hacen poraparentar más de lo que tienen. En el aludido reportaje se hablaba de ejecutivos que conducían sus autos mientras hablaban por celulares de plástico; de señoras que llenaban los carros en el supermercado con todo tipo de mercaderías y que luego los abandonaban para llevar una cosa pequeña; de personas que conducían en pleno verano autos sin aire acondicionado, con los vidrios arriba para no dar laapariencia de no tenerlo.

¿Qué lleva a una sociedad como la nuestra a perder de vistas los valores y quedarse sólo con los bienes? Ana Escríbar, profesora de filosofía de la Universidad de Chile, comenta acertadamente:

“Cae de suyo, por lo tanto, que una civilización como la nuestra, masivamente productora de medios, debería tener muy claramenteespecificados los valores superiores que fundamentarían el valor de utilidad de esos medios. Pero esto es, precisamente, aquello de lo que nuestra cultura carece. El despliegue de medios es tal, que éstos parecen haber desplazado a los fines, constituyéndose ellos mismos como tales”[2]

Este hombre que centra su existencia en los bienes, o como dice el filósofo alemán Martín Heidegger“en los entes”, termina dando culto a la juventud, la belleza física y el consumo; se enreda en sectas esotéricas, recurre al éxtasis de las drogas o a la salvaje emoción de la violencia.[3]

Más aún, al perder de vista los auténticos valores e ideales, el hombre termina convirtiéndose en un ser nihilista, es decir, que no encuentra sentido para vivir. Las altas tasas dedepresión y suicidio lo confirman. Heidegger certeramente apunta que el nihilismo sobrevendría cuando convertimos a los entes (tecnología, ciencia, etc.) en centro de nuestra existencia, desplazando al único núcleo existencial: el ser.

Todo este proceso de desgaste y dispersión se podría rastrear, en una perspectiva histórica, hasta el siglo XIX, el cual vio el surgimiento del positivismo, queenormemente difundido y deificado durante el siglo pasado, nos ha dejado frente a la gran aporía de desarrollo y deshumanización. Como acertadamente señala Ana Escríbar:

Este avanzado desarrollo tecnológico, por otra parte, ha hecho de la humanidad un solo cuerpo y del planeta una sola morada, en los que un acontecimiento cualquiera, en cualquier punto que aparezca, tiene innumerablesrepercusiones instantáneas sobre la estabilidad del conjunto. Sin embargo, creo que es necesario que me esfuerce en demostrarlo, se trata de un cuerpo todavía sin alma y de una morada que aún no se configura en hogar, porque carecen del sentido inspirador que los vivifique.[4]

La postergación de las humanidades en la universidad no sería más que el reflejo y efecto directo de la deshumanización...