Tareas
El pasatiempo literario que va a leerse. UN MENSAJE A GARCIA, fue un escrito de sobremesa, una tarde, en el corto término de una hora. Pasaba esto el 22 de febrero d 1989, aniversario del natalicio de Jorge Washington, y ya en la revista “PHILISTINE”, de marzo de ese mismo año corría publicado. Fue algo que broto caliente de mi corazón y que fue escrito tras un día gastado en pesadafaena de excitar a infelices sumidos en los limbos de inacción criminal a que tornarse hombres, hombres auténticos, radioactivos.
Pero la verdadera frase creadora broto de los labios de mi hijo Bert, cuando el curso de la conversación y entre taza y taza de te surgió que héroe verdadero de la guerra de cuba había sido Rowan. Si dijo mi hijo porque Rowan fue quien en la hora oportuna, culminante,llevo a cabo el hecho único, necesario: llevar el mensaje a Garcia.
La frase me hirió como un rayo. Si exclame-el muchacho tiene la razón:el héroe es siempre aquel que cumple su misión, el que lleva la carta a garcia. Corro a mi escritorio, y de un tirón y de uno al otro cabo escribo: UNA CARTA A GARCIA
Tan poco caso hice de mi escrito que él fue publicado en la revista sin encabezamientosiquiera.la edición salió, y empezaron a llover pedidos por doce, por cincuenta, por cien ejemplares de la revista; y cuando The American News Co. Pidió mil ejemplares pregunte lleno de asombro a uno de mis ayudantes que era los que ese numero de la revista levantaba tal polvareda: “esa historia acerca de Garcia”, fue su respuesta.
Al siguiente día recibí un telegrama de Jorge H. Daniels. Del New YorkCentral Railroad, que decía así: “Deme precio de cien mil ejemplares del artículo de Rowan, en forma folleto, con un aviso en la portada sobre el Empire State Express y diga cuándo puede hacer la entrega.
Conteste dando el precio y avisando que la entrega se le podía hacer en dos años. Disponíamos de tan pocos elementos, que eso de imprimir cien mil ejemplares parecíamos una empresa tremenda. Elresultado fue que dio permiso a Mr. Daniels, para reimprimir el artículo por su cuenta. Hizo lo él en ediciones de a medio millón de folletos. Dos o tres lotes de a quinientos mil fueron puestos en circulación, y además fue reproducido por cerca de doscientas revistas y periódicos y traducido a todas las lenguas vivas.
Por los tiempos en que Mr. Daniels distribuía LA CARTA A GARCIA, vino a losestados unidos el príncipe Hilakoff, director de los ferrocarriles rusos. Y como el dicho príncipe fuese huésped del New York Central y saliera a una hora por todo el país bajo la dirección personal de Mr. Daniels quien lo repartía y por la gran cantidad que de él vio circular de mano en mano, que por cualquier otra causa.
Lo cierto del caso fue que, de vuelta a su país , lo hizo traducir al ruso ehizo repartir de él cientos de ejemplares a los empleados de todos los ferrocarriles del imperio. De Rusia paso a Alemania, Francia a España, a Turquía, al Indostán, a la China.
Durante la guerra ruso –japonesa, cada soldado ruso,que iba al frente llevaba un soldado ruso, que iba al frente un ejemplar de LA CARTA GARCIA. Al encontrarse japoneses el folleto y cada uno de los prisioneros de guerra,concluyeron que aquello debía ser cosa excelente y lo vertieron a su idioma. Por orden de Mikado un ejemplar fue repartido a cada uno de los empleados del gobierno. Militares o civiles. al rededor de cuarenta millones de ejemplares de UNA CARTA A GARCIA han sido impresos, siendo esta la mayor circulación que una obra –en vida de su autor-haya logrado en tiempo alguno de la historia, gracias a queserie de afortunados accidentes.
UNA CARTA A GARCIA
Hay un hombre cuya actuación en la guerra de Cuba culmina en los horizontes de mi memoria como culmina un astro en su perihelio.
Sucedió que cuando hubo estallado la guerra entre España y los Estados Unidos, palpose clara necesidad de una inteligencia inmediata entre el presidente de la Unión americana y el General Calixto Grcia. ¿Pero como...
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