Tareas
Por: MARÍA PAULINA ORTIZ y DOMINIQUE RODRÍGUEZ DALVARD REPORTERAS DE EL TIEMPO | 5:22 p.m. |
Los recientes asesinatos entre jóvenes tienen un fondo: ellos están llenos de ira. Se sienten solos.
"Solo Dios sabe que no quise matarlo", dijo Jeison Fonseca, de 19 años, después de clavarle un cuchillo a Miguel Ángel Guerrero. Al parecer,Guerrero, de 16 años, no hizo otra cosa que ofrecerle un cigarrillo a una amiga de Fonseca para que éste entrara en cólera.
Ya detenido por las autoridades, Fonseca dijo que no quería matarlo. Pero ya era demasiado tarde. Como lo fue para Ana Paola Muñoz, de 17 años, o para Mario Alejandro Flórez, de 20, que hoy también están presos por haberle quitado la vida a otros jóvenes. Como lo es para los 336adolescentes colombianos que cometieron un asesinato en el último año.
De tanto repetirse, ya no suelen ser siquiera noticia de primera plana: que un joven tomó el cuchillo de su cocina y atacó a otro; que una adolescente se lanzó sobre otra y la dejó sin la mitad de una oreja; que una muchacha apuñaló a una compañera porque le quitó el novio; que dos jóvenes pisotearon el rostro de otramuchacha, indefensa en el suelo. Los casos se repiten en Bogotá, en Medellín, en Cali... Por todo el país.
Un panorama que, según los especialistas, es síntoma de una enfermedad que viene de atrás. Y no es necesario llegar al crimen para notar que algo pasa con muchos de los jóvenes colombianos: están invadidos por una ira descontrolada. Una palabra, solo una palabra, puede ser el detonante de unaagresión que al arrancar no se sabe dónde termine.
"Era él o yo", "lo hice por supervivencia" son frases que suelen repetir para justificar su violencia. En defensa del amor o del honor vulnerado, algunos llegan a matar.
"Muchos jóvenes hoy no están pensando. Se están dejando llevar por la pulsión de la muerte, no de la vida", dice Gabriela Rouillon, psicoterapeuta que ha atendido a estudiantes delas universidades Nacional y Andes.
Es cierto: la adolescencia es, por naturaleza, una etapa llena de efervescencia, es la edad en la que oponerse al mundo es normal, incluso necesario, según especialistas. Pero aquí se habla de algo más: de una generación que crece en condiciones más complicadas que las de años atrás.
Una realidad apabullante
Esta generación de muchachos nacidos en los años 90ha visto, en muchos casos, cómo sus padres se separan (en los últimos 3 años se han dado más de 40 mil divorcios), cómo algún miembro de su familia está sin empleo, cómo los matones se vuelven protagonistas de televisión y los machistas héroes del reguetón. Han crecido oyendo que hay secuestrados en el monte, repitiendo discursos de odio que oyen de arriba abajo, desinflándose de posibles ilusionespolíticas.
Son muchachos que se acostumbraron a comunicarse más fácilmente en las redes sociales que en vivo y en directo; y un alto número parece haber convertido en pan de cada día el consumo de sustancias psicoactivas (solo en Bogotá, según un estudio de 2009 de la Secretaría de Salud, 70.410 jóvenes fuman cigarrillo y 25.534 consumen marihuana o cocaína, 14 mil de los cuales registranadicción). Buscan retar a la vida, también. Contra ellos mismos (en 2009 Medicina Legal registró 193 casos de suicidios entre los 10 y los 17 años), o contra otros.
"A los 14 años mi mamá me abandonó. Me dejó tirado en una finca y estuve durante cuatro días sin comer, prender la luz o dormir. Mi papá, como siempre, apareció después prometiendo que estaría a mi lado. Pero mentiras. Me la pasaba solo, enbares. A los 16 me echaron escopolamina en el trago y me violaron. Para contarle a mi familia lo que me pasó tuve que escribirles una carta. Y solo mi hermana me ayudó", cuenta Felipe, de 18 años.
Este es solo un testimonio, de un joven bogotano que acaba de empezar universidad y, al mismo tiempo, tratamiento psicoterapéutico.
"¿Cómo pretender que el adolescente no tenga rabia si está solo?...
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