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RESUMEN
Capitulo V
EN EL VALLE DE LA MUERTE

Visite Valle Nacional a fines de 1908, me detuve en todas las grandes haciendas. Pase tres noches en varios de sus ¨cascos¨. Lo mismo que en Yucatán, visite la región bajo el disfraz de un probable comprador de fincas, y logro convencer a las autoridades y a los propietarios de que disponía de varios millones de dólares listos para su inversión,pude conseguir información ., tuve mas suerte que en Yucatán porque me hice amigo de jefes y policías, al grado de que nunca llegaron a sospechar de mi; sin duda algunos de ellos esperaban que llegase por allí un buen día con unos cuantos millones en la mano, listo para pagarles por sus propiedades el doble de su valor.
Al bajar del tren en Córdoba vimos que cruzaba el andén una procesión de 14hombres. Mi compañero afirmo con un movimiento de cabeza y pocos momentos después desapareció la procesión; había entrado por una puerta estrecha del lado opuesto de la calle, en una caballeriza situada estratégicamente para que los desterrados pasaran allí la noche.
Cuando llegue a Tuxtepec seguí el consejo de este señor; tuve tanta suerte que Rodolfo Pardo, el jefe político, no solo me autorizoel paso, sino que me dio una carta personal para cada uno de los subordinados que tenia a lo largo del camino, como eran los presidentes municipales de chiltepec, Jacatepec y Valle Nacional, a quienes daba instrucciones para que abandonasen sus asuntos oficiales, si ello fuera necesario, para entender mis deseos. Así fue como pase los primeros días en el Valle de la Muerte.
Penetrados en elTrópico, en la selva, en la humedad y en el perfume de las tierras bajas que se conocen como ¨ tierra caliente¨. Los exiliados con curiosidad y en la primera ocasión dirigimos algunas palabras al jefe de la escolta de rurales. Todos eran de Pachuca, Capital del estado de Hidalgo; a diferencia de la gran mayoría de esclavos de Valle Nacional eran enviados directamente por el jefe político de aqueldistrito.

Rodolfo Pardo, el jefe político a quien visitamos después de la cena, resulto ser un hombre delgado, pulcro, de unos 40 años, bien rasurado; sus ojos penetrantes como flechas aceradas nos reconocieron de arriba abajo en un principio; pero la imagen de los millones que íbamos a invertir, y de los cuales él podría obtener buena parte, lo dulcifico a medida que nos fuimos conociendo; cuandoestrechamos su fría y húmeda mano al despedirnos, habíamos conseguido todo lo que nos proponíamos.
El nuevo propietario, al reconocer su hacienda, llego a una ciénaga en la que encontró centenares de esqueletos humanos. Pereda y Robles se ahorraban hasta los gastos del entierro de los hombres a quienes habían dejado morir de hambre y azotes.
En muchos lugares habría deseado tener una cámarafotográfica; pero sabia que si la hubiera tenido me habría traído disgustos. Imaginad aquella procesión desfilando en una fila india por la landera de una colina; la vegetación tropical arriba, interrumpida a trechos, las líneas casi femeninas de ese encantador rio que es el Papaloapan. Imaginad a esos diez esclavos, seis de ellos con el alto sombrero del palma que es de rigor entre la gente delpueblo. Entra las formas que se movían habían otras que si parecían hombres y estaban armados con palos largos y flexibles y a veces se les veía espadas y pistolas. Entonces nos dimos cuenta de que habíamos llegado al Valle Nacional.
La primera finca en que paramos fue ¨San Juan del Rio ¨. Junto a la entrada estaba encogido un esclavo enfermo.
Continuamos nuestro camino y avistamos por vez primerauna casa de esclavos de Valle Nacional; una simple prisión con ventanas protegidas por barrotes, donde había un grupo de mujeres inclinadas sobre los metales y un guardia a la puerta con la llave en la mano.
En la hacienda ¨ San Cristóbal ¨ dejamos atrás a la cuadrilla de esclavos; al hacerlo cometimos antes le temeridad de estrechar las manos de los dos músicos, a quienes no volveríamos a...