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ENSEÑANOS A MIRAR

Iniciando este tiempo de cuaresma, como tiempo de preparación para la pascua, les invito a llevar a Dios esta petición: “¡Señor que vea!” (Lc 18, 41); pero que vea no de cualquier manera, sino como Dios. Por eso le pedimos: “Dame Señor tu mirada” (1Sam 16,7). Que este sea nuestro desafío cuaresmal, contemplar la realidad con ojos nuevos para descubrir a Dios en ella, tantoen lo cotidiano como en lo diferente, en lo de cerca y en lo de lejos, en lo sencillo y en lo complejo, en la fortaleza como en la fragilidad… que seamos capaces de seguir reflejando en nuestra vida, su vida y su paz. Por eso pedimos unos por otros: “Que el Padre ilumine los ojos de nuestro corazón” (Ef 1,18).

a) Ser mirados para poder mirar
Para poder ver la realidad de forma justa y sindistorsiones, antes tenemos que sentirnos mirados con ojos limpios que no desfiguren nuestra imagen, de la misma forma como Jesús vio a la mujer pecadora, o al joven que se regreso entristecido por no poder compartir sus bienes con los demás. Hay ojos que saben mirar con profundidad, una profundidad que crea vida en las personas en las que se posan. Por el contrario, cuando resultamosinsignificantes para alguien, entonces decimos: “Ya ni me mira”, “Ya no tiene ojos para mí”.

Acercarse a Dios es acercarse a su mirada, su mirar compasivo y misericordioso: “Clemente y compasivo es Yahveh, tardo a la cólera y lleno de amor” (Sal 103,8). Nada se esconde a su mirada todo se sostiene en el ser por la mirada compasiva de Dios; desde siempre y por siempre, el Señor mira y no tiene limites susalvación. Para Dios no hay nada ni nadie insignificante ni despreciable: “Y vio Dios…y todo le pareció bueno” (Gn 1,4.10.12.18.21.25.41.).

Su mirada no es de vigilancia ni de control, sino de cuidado de atención y de vida. En cualquier situación, por difícil que parezca, podemos sentir la mirada recreadora de Dios: “Y Yahveh se a inclinado desde su altura, desde los cielos ha mirado la tierrapara oír y liberar al cautivo” (Sal 102,20-21). A veces, solo mucho más tarde nos damos cuenta de que estuvimos caminando al borde del abismo en medio de la noche más oscura, pero la mirada de Dios nos contemplaba y nos estuvo salvando (Sal 25, 15-18).

Dios nos invita a mirarnos a nosotros mismos como el nos mira, con profundidad con honestidad, sin morbo de ningún tipo. Es El quien “escruta losriñones” (Ger 11,20) “Y el corazón” (1Sam 16,7). Conoce nuestros movimientos y pensamientos: “Sabe cuando me siento y me levanto, mi pensamiento calas de lejos” (Sal 139,2). Así nos presento Jesús a Dios: “Como a tú Padre que ve en lo secreto” (Mt 6,4.6)

Una mirada puede encender y alimentar el fuego del amor entre las personas

b) Liberar nuestra mirada
Nuestra manera de mirar esta muydeterminada, condicionada, limitada; a veces, incluso nos ocurre lo que expresa el autor bíblico: “Tiene orejas y no oyen, tiene ojos y no ve” (Dt 4,28; Sal 115,5-7). Por eso tenemos que liberar nuestra mirada de todo aquello que nos impide ver con claridad. Nuestro objetivo será en este tiempo de cuaresma, transformarnos como aquellos discípulos de Emaus: “Y se les abrieron los ojos y losreconocieron” (Lc 24,31).

Todo comienza con ver, con mirar la vida, la realidad. Según nuestro mirar así será nuestra situación, así reaccionamos y nos comprometemos ante la misma realidad. La vida publica de Jesús, lo mismo que su vida en Nazareth, comenzó con un entrar en contacto con las personas y situaciones (Mc 1,18). El problema esta en como miramos la realidad, de que manera la interpretamos.Para nosotros como cristianos el punto de referencia para ver e interpretar la realidad será la bondad misma de Dios: “¿Va a hacer tu ojo malo porque yo sea bueno?” (Mt 20,15).

Nuestros modos de mirar dependen del lugar donde estemos situados. Necesitamos suplicar como aquellos ciegos del relato de Mateo: “Señor, que se nos abran los ojos” (Mt 20,33). Para poder reconocer, agradecer… descubrir...