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Escrito por: MINERVA ISA ( m.isa@hoy.com.do)
Aunque lo parezca, no es una paradoja. Nada extraña que el crecimiento de la economía dominicana no arremetiera contra la pobreza y la desigualdad. El sistema político-económico se sustenta en inequidades sociales, se nutre de poblaciones empobrecidas: fuente de votos para retener o llegar al poder, mano de obrabarata que garantiza la rentabilidad empresarial, carnada para atraer capitales externos.
Capitales que crean empresas de servicios que repatrían cuantiosos beneficios, consintiéndoles salarios mínimos de RD$7,053 y RD$6,320, inferiores a la línea de pobreza, situada en RD$9,824. Pero también sueldos de RD$5,060, que solo superan en 48 pesos a la línea de indigencia, de RD$4,912.
Laexpansión económica, con sus amplias brechas regionales como también entre los sectores de servicios y productivos, muestra resultados pírricos en la generación de empleo. La composición del mercado laboral es elocuente: 14.1% desempleados, 56.5% trabajadores informales, y el restante 29.4% el empleo suplido entre el Estado, -con una nómina inflada por puestos improductivos-, y el sectorformal de la economía, con un ínfimo aporte pese a las exenciones fiscales y otros incentivos a favor de algunas empresas.
Abarata costos. El empleo, escaso y mal pagado, sirve de factor de equilibrio, abarata los costos de producción, contribuye a que no obstante sus debilidades, la falta de competitividad, nuestra economía crezca, logre resultados que en su mejor momento denominaron “elmilagro económico dominicano”. Tal comportamiento se asemeja al caso hipotético de un hogar donde los padres se ufanan del exitoso desempeño en sus finanzas, pero a costa de los hijos, de no gastar en sus necesidades básicas.
De igual modo, en el país se sacrifica a la gente, manteniendo una fuerza laboral famélica con su potencial subutilizado, atrofiado por las privaciones generacionalesen educación y salud, un déficit nutricional desde el vientre materno que repercute en su rendimiento laboral. Trabajadores con un ingreso históricamente bajo, muy inferior al costo de subsistencia, con un salario regresivo cuyo valor real volvió a retroceder, situándose en 2011 por debajo de 11 años atrás.
El salario mínimo, con un valor nominal de RD$9,905, en las grandes empresas, solorebasa la línea de pobreza en 81 pesos. No extraña que numerosas tarjetas de débito de empleados las retengan prestamistas, quienes son los que retiran la quincena en el cajero automático para cobrar lo que les adeudan, al 20% de interés mensual.
Pese al crecimiento, más del 70% de los trabajadores tiene bajos ingresos, con una diferencia abismal ante sueldos de lujo de funcionariosestatales, de hasta RD$899,412.80 frente a RD$5,019 del salario mínimo público. Escandalosamente altos, superando también más de cien veces el del sector privado, que no llega a la mitad del costo promedio de la canasta básica, de RD$23,042.62.
Ni la escala máxima, RD$9,905, completa el valor de la canasta del 20% más pobre, que es RD$10,407.56. Mucho menos en empresas desegunda categoría, con un mínimo de RD$6,810.00, y RD$6,035, las de tercera. Peor aún para el 27% con remuneraciones inferiores al mínimo estipulado para la empresa en que laboran.
El crecimiento de 1969 a 2011 no derivó en un alza real del salario, y quienes no tienen la alternativa de un segundo o tercer empleo apelan al endeudamiento, a vaciar la casa en una compraventa, a pedir o arobar. Más que en la alta productividad y competitividad, en gran medida el país cifra la estabilidad macroeconómica y rentabilidad empresarial en esas mayorías desposeídas, en las que el salario se convierte en un reproductor de pobreza. El aumento cada dos años, que suele ir sucedido de recortes de personal, se limita a indexar la inflación. Poco después, nuevas alzas de precios se lo...
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