Tareas

El enfoque psicosocial
Ubica en lo social lo subjetivo (individual y grupal) de las relaciones interpersonales y registra la mutua influencia de estas esferas. Reconoce la dimensión subjetiva individual e interpersonal (grupal) como factor en la determinación de estructuras y procesos sociales así como la fuerza de éstos en la configuración de la imagen, identidad y subjetividad de laspersonas.
Cuestiona la focalización exclusiva de las intervenciones en el malestar y subjetividad individuales, que restringe la mirada a lo clínico, desconociendo las causas sociales y políticas (y sus actores) como responsables de respuestas que desde la clínica son patologizadas y atendidas como si se tratara sólo de un malestar individual, privado. El enfoque psicosocial apunta a una comprensiónintegral del problema de las secuelas de la violencia política, que permita la comprensión de personas y comunidades afectadas a partir del contexto de lo vivido, la detección de recursos y dificultades.
“Lo” psicosocial se entiende entonces como el mundo de interacciones que resultan del entramado de lo subjetivo (individual, familiar, grupal y comunitario) con factores procedentes del ámbitoexterno (cultural, político, económico, normativo, relacional). Estas interacciones tienen efecto sobre las personas individual y colectivamente determinando un modo de experimentarse a sí mismos, de vivenciar y afrontar la realidad y, simultáneamente, de configurarla. Se entiende entonces que hay una reverberación de causalidad mutua entre lo individual y lo colectivo, entre lo “objetivo” y lo“subjetivo“ Impacto psicosocial de la desaparición forzada
A nivel individual
El desenlace de una desaparición forzada suele ser el fallecimiento del desaparecido. La desaparición forzada impone una ausencia, una pérdida, y por lo tanto un duelo. Este duelo difiere del que se vive ante la muerte y posterior entierro de un ser querido. Incredulidad, ira, tristeza, retraimiento son naturales y duran enduelos normales alrededor de un año, hasta que llega la resignación, se acepta la pérdida y los deudos pueden desprender el caudal de sus afectos de la imagen de quien ya no está, no para olvidarlo sino para guardar de ese ser querido un recuerdo afectuoso y disponer de esos afectos para orientarlos hacia otras personas.
En las desapariciones forzadas ese tránsito muy frecuentemente no selogra, el duelo queda inconcluso porque no hay un cadáver que permita iniciar el proceso de desprendimiento. Estos son los duelos que se llaman “especiales” o “inconclusos” (Riquelme, 1990, Puget 1989).
El (la) familiar del desaparecido(a) no cuenta con la evidencia (cadáver) que confirme la muerte, se mantiene “no creyendo” y buscando, esperando un regreso que muchas veces cree ver en los rostros dequienes cruza en su camino. Se convierte el (la) desaparecido(a) en una ausencia siempre presente, un vacío en torno al cual giran la atención, las emociones y las energías que otras personas y actividades requieren, un agujero negro hacia el que se dirigen ideas, afectos, voluntad.
Para retomar el paso en la vida y cerrar el duelo los familiares necesitan ver, saber y poder despedirse del (la)fallecido(a) de acuerdo a los usos de su cultura. Es su derecho, derecho que les es negado por el silencio o la mentira que escuchan de quienes muchas veces reciben la pregunta y, muchas veces también, tienen responsabilidad en el hecho. En los familiares la sospecha de ese fallecimiento corre pareja con la necesidad de desmentirlo; desde la sospecha, imágenes terroríficas de qué pudo haberpasado, cómo y cuánto pudo haber sufrido el familiar acompañan a los deudos; de la no aceptación nace el rechazo a la evidencia cuando ésta es encontrada.
A nivel individual encontramos que la desaparición forzada causa en los deudos desesperación, confusión, ira, empobrecimiento de recursos internos, retraimiento ante las relaciones interpersonales, alteración de éstas, depresión, trastornos de...