Tareasssssss
Juan Francisco Torregrosa Carmona
Miércoles 6 de agosto de 2008, por Redacción - Pueblos
Los medios de comunicación españoles han ofrecido un tratamiento a los temas centrados en la inmigración extranjera que no se ha correspondido siempre con su trascendencia socioeconómica. Esta realidad, respecto al espacio y altiempo dedicado, han cambiado en los últimos años, conforme crecía la presencia de trabajadores de otras nacionalidades, hasta penetrar con fuerza en la agenda temática vigente.
Lo primero que llama la atención en el análisis del tratamiento informativo de la inmigración extranjera es la tematización generalizada en torno a la dimensión problemática de estos movimientos demográficos, y aun cabríadecir problematizadora, según los enfoques periodísticos aportados, que suelen incidir en la responsabilidad -cultural, moral, jurídica...- de las personas emigradas, a veces de forma exclusiva, eludiendo cualesquiera otros factores de posible concurrencia en los hechos narrados. Este aspecto entraña un notable problema socio-informativo, dado que simplifica y dificulta la tarea ya de por sícompleja de enunciar la realidad.
Conviene traer a colación un ejemplo básico que nos sirve como ejercicio, tan elemental como revelador, de análisis del discurso. Nos estamos refiriendo a la denominación elegida por los medios, y por muchos ciudadanos e incluso expertos, para encuadrar esta realidad. Hablar de “el problema de la inmigración” es muy distinto a hablar de “los problemas de lainmigración” y cuanto más a utilizar una expresión en el cintillo (recurso tipográfico que sirve como título genérico al comienzo de una página con noticias del mismo tema) como “los problemas de los inmigrantes”, tal y como opta por hacer en la actualidad el diario El País. Es obvio que la utilización de una u otra expresión cambia el sentido y las premisas del debate.
Existen denominaciones queentrañan aspectos similares. “Inmigración y emigración (con sus dos variantes, inmigrante y emigrante) son todas palabras que se utilizan para referirse a los extranjeros. Pero el uso de una u otra de estas palabras en el discurso no es nunca indiferente y comporta siempre una orientación de la representación de la realidad designada. Así, mientras que el emigrante es la persona que sale de su país paratrabajar en el extranjero a fin de mejorar sus condiciones de vida, el inmigrante es aquel que viene a establecerse en el país de otro y que se apropia de lo ajeno”. Ello se entiende mejor si se tiene en cuenta, como señala van Dijk, que “los periodistas escriben prioritariamente como integrantes del grupo residente blanco al que pertenecen y, por lo tanto, se refieren a los grupos étnicosminoritarios en términos de ellos y no como parte de nosotros” 1.
La inmigración en los medios
Como es lógico, las diferencias de tratamiento y de concepción van mucho más allá de la citada dualidad entre el “ellos” y el “nosotros”, que, sin embargo, de todos es sabido, deviene fundamental. Por eso se hace realmente preciso, también en el espacio de la narración y la construcción informativa,asumir una ética de la alteridad que valore la situación del otro para que pueda formar parte de un nosotros común y verdadero en el marco garantista del concepto de ciudadanía, en todas sus vertientes posibles: ético-moral, jurídica y política, económica, mediática o informativa y, en definitiva, social.
Particularmente grave, por nocivo, es el discurso informativo y político que establece unarelación indisociable y generalizada entre inmigración y delincuencia. Tenemos un valioso ejemplo a toda página en la primera de un diario de ámbito nacional, que titula: “Estos son los inmigrantes que no quiere el pueblo español”, e incluye más de una docena de fotos tamaño carné de inmigrantes que han delinquido2. Los responsables de dicho tratamiento parecen discrepar abiertamente de las...
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