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Así ha sucedido que el sufragio universal, el derecho esencial que supone una exigua capacidad de participación y una mínima posibilidad de control por partede todos los ciudadanos, fue un hecho primerizo bien en las postrimerías del S. XIX o en los comienzos del XX en el mejor de los casos66. La instauración del mismo no es tanto una conquista hecha a base de movilizaciones y presión social como una concesión desde la superestructura política y jurídica una vez que se han habilitado los mecanismos de control social y político para que la extensión deeste derecho no ponga en peligro la seguridad de la estructura de poder económico-política y a los grupos sociales beneficiarios67.
Hubo que esperar a la década posterior a la II Guerra Mundial para ver consumada la plasmación, cuando menos legal, de gran parte de los derechos políticos fundamentales y el sufragio universal68. Lo cual, según la premisa anterior, quiere decir que existirían,ya, los suficientes mecanismos de control que desactiven la peligrosidad potencial del ejercicio de los mismos. La población europea al final de la II Guerra Mundial se encontraba exhausta.
La herencia y presencia de grandes convulsiones como los movimientos de rebelión de 1830, de 1848, ejemplos como el de la Comuna de París, la revolución rusa, las revoluciones fascistas, la I y II guerramundial, los múltiples microconflictos internos, todas las guerras de colonización... En todos estos sangrientos movimientos del ajedrez político hay un desgaste final y terminal de posibles movimientos alternativos y de protesta. Los campos de batalla de la I guerra mundial y de los territorios bélicos de colonización entretienen con ideología nacionalista e imperialista -y de forma obligada- acientos de miles de hombres, muchos de los cuales perecerían.
A ello habría que sumar las carencias de las principales ideologías y movimientos de oposición. El fascismo que logra seducir a grandes multitudes con un discurso neoromantico y solidarizante, pero lleno de exclusión y negacion democrática, termina llevando hasta sus últimas consecuencias, como Estado, todos los vicios que habíadenunciado. El marxismo, en su práctica de oposición, se convierte en un instrumento totalitario no sólo respecto a su dialéctica fundamental, al capitalismo, sino respecto a todo aquel movimiento ideológico alternativo al sistema que no comulgara con los dogmas de la dialéctica materialista o de su teoría del partido y del Estado69.
Será rentable toda esta dinámica histórica, toda la lógicainstitucional del sistema, para la preservación evolucionada del modelo de Estado porque su consecuencia, al final de la II guerra mundial, será una población: 1.-cansada y derrotada para cualquier tipo de movilización 2.-decepcionada y escéptica respecto a ideologías y movimientos alternativos.
Pero también el nuevo modelo de Estado se reforzará con un nuevo marco cultural y un nuevo formato socialque dará nombre a una última evolución del modelo: el Estado social. El Estado social supone un alud de derechos sociales y el del papel protagonista del Estado como propietario y gestor de sectores económicos y servicios sociales básicos que se pretende va a cobrar carta de naturaleza institucional estructural70.
Pero al margen de su articulación teórica y constitucional el Estado de...
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