Te busque y me encontraste

Te busqué y me encontraste

En un momento nos separamos. En el fragor de la batalla lo había perdido de vista. Unos momentos antes lo había visto en el frente cuando una estruendosa ola de disparos y una explosión estremecedora sucedieron entre nosotros. Tuve que refugiarme y evitar el fuego enemigo.
Los heridos eran más que los sanos, el doctor tenía mucho trabajo. Retrocedimos. Volvimos.Creímos en una victoria segura que se convirtió en una dolorosa derrota. Nos encontramos en la trinchera. Heridos. Jadeantes. Con miedo de una nueva arremetida del enemigo.
Hans Zimmer. Lo había conocido en la escuela, el primer día de clases. Siempre fue un muchacho muy rápido para hablar, y de caerle bien a la gente. Así nos hicimos amigos.
Yo por el contrario, siempre fui muy reservado. Considerabaque era mejor observar con detenimiento todo antes de hablar, así llegue hasta acá y mal no me ha ido. Congeniábamos bien.
Buen peinado, me dijo, la primera vez que me vio. Yo era pelado, así que simplemente me reí, y desde allí nunca dejamos de hablarnos. Habían pasado diez años de una buena amistad.
Estaba preocupado por él, sabia que habría salido con vida de aquello pero debía encontrarlo. Ypronto. La guerra cada hora era más cruda y dura. Habíamos perdido muchos compañeros, y no quería pensar en ponerlo a él en esa lista.
Por el momento, no podía buscarlo. Una bala de fusil enemigo había atravesado mi brazo izquierdo. No lo había sentido, hasta que me senté y vi sangre que corría por mi camisa.
El suboficial al mando el Cabo Toker, me mando llamar. Me indago acerca de lo sucedido. Nolo sé, conteste. No lo vi venir, solo atine a contestar. Salve cuantos pude…
De repente, mi vista se nublo, solo veía hablar al cabo Toker, pero no lograba oír ni comprender sus palabras. Pronunciaba mi nombre una y otra vez y cada vez más fuerte pero yo ya no podía oírle. Y caí, simplemente caí, aunque aún no había perdido el conocimiento. Podía ver como se agolpaban a mí alrededor y le gritabanal médico.
Y ya no más. Todo se puso oscuro.
Pasaron horas hasta que volví a abrir los ojos, no sé cuantas, pero era de mañana otra vez, me sentía rejuvenecido, hasta que intente levantarme, ahí me di cuenta que no solo era mi brazo sino también mi pierna y mi costado, en el calor de la lucha y la desesperación por encontrar a Hans, yo mismo casi me había perdido.
No deberías enlistarte, meinsistió antes de la guerra. Tienes familia, alegaba. No me preguntes porque, no lo entenderías, pero debo ir, conteste. Si vas iré contigo, alguien debe cuidarte, agrego él. Hablaba en serio, si era el fin estaríamos juntos, como desde que tengo memoria.
Vi acercarse al medico un par de camillas continuas a la mía, le preguntaría sobre mi estado y si habían ingresado al oficial Zimmer, pero cuandoestaba a solo dos camas de mi, volví a encontrarme en oscuridad, otra vez me desmaye.
Quizás el dolor, quizás el cansancio, quizás estaría grave de verdad. No lo sé. Solo sé que no podía despertarme de aquel profundo sueño.
Allí estaban ellos, mi hermosa esposa y mi pequeño hijo, en el patio de mi humilde casa, ella tejiendo, y el correteando a nuestra nueva mascota. Era bueno recordar esos buenosmomentos en estas malas situaciones. Te hacían más fuerte para tratar de seguir. Yo no quería despertar ahora que los veía a ellos, debía encontrar a Hans, pero no podía salir de aquel sueño profundo que me arrinconaba y me insistía a rendirme.
Volví. Pude abrir los ojos, pero esta vez el dolor era insoportable.
El médico se acerco a mí. No trate de levantarse, me dijo. Tengo que…, conteste, pero meinterrumpió. Tiene que descansar, me corrigió.
Me duele, suspire. Lo sé, esta grave, no le voy a mentir, estamos esperando por antibióticos, le daremos medicamentos para menguar el dolor, me dio el parte.
Solo volví a cerrar los ojos. No pude siquiera preguntar por Hans.
¿Hiciste trampa? No sé como lo lograste, pero me alegro conteste. Hans había cambiado nuestros papeles para ponernos en el...