Te Odio Gabriel

— Te odio —Dijo Joanna—. Desearía dejar de pensar en ti.
Mientras caminaba alrededor de la mesa de porcelana blanca intentando acercarse a Gabriel cuando él hacía lo mismo con el propósito dealejarse de ella.
— Cada maldito recuerdo sobre ti, hermoso como lo eres tú, haces que la cólera me ayude a morir, con este cáncer, lentamente —añadía a su dialogo mientras se frotaba las manos.Interrumpiendo el alardeo de Joanna, con vigor y sin mirar la mesa Gabriel la azota con su ya sudada palma debido a los nervios.
— ¡Debes dejar las malditas píldoras que te dio el Dr. Vaéls, solo hace quedigas disparates! ¡Mírate! —Señala con la mano opuesta con la que escribe— ¡Apenas puedes dormir y comer!
Interrumpidamente la puerta de la recamara principal es abierta con tanta fuerza y descuido quela chapa de cobre pintado de oro azota y perfora la pared, se manifiesta la presencia de un sujeto ante el marco de la recamara. Un ajustado jubón azul, pantalón griseado y el largo cabello castañorevelan a primera impresión la apariencia de Rafael, el hermano menor de Joanna. Después de cruzar miradas en un silencio, la ignorancia hizo que el desprecio que sentía Rafael hacia Gabriel lodominará.
— Tú…—mientras inclina la mirada—…fuiste quien robó los fondos de la iglesia, mató a mi señor y a sus guardias e intentaste incriminar nuestra familia. —En rabia apretó los puños y cerró los ojos—¡Reconozco tu apariencia, tu coleto, capa y ese… ese chambergo de pluma roja! ¡Dios te cuide ahora ladrón! —Exclamó al abrir los ojos al instante mientras desenvainaba su florete—.
Con una arroganterisa, cubierta por la sombra del sombrero, y un lento pero intimidante movimiento de capa, como un torero alardea a un toro, —nos vemos, Joanna— mencionó y al instante la luz se reflejó hacia los ojosde Joanna interrumpiendo su visibilidad por un segundo, el único tiempo que necesitó Gabriel para escapar y a su vez explicar el repentino grito de dolor de Rafael. La alfombra azul, la madera...