Teamo
Cecy volvió rápidamente a su puesto. Había sido un descuido fatal, había dejado el cuerpo de Ann un fatal instante. Había oído el ruido lejano de loscascos del caballo y el carro que traqueteaba cruzando el campo primaveral iluminado por la luna. Durante un segundo había pensado: Iré a buscar a Tom y me instalaré en su cabeza y veré qué es ser unhombre de veintidós años en una noche como ésta. Y se había lanzado a cruzar rápidamente un campo de brezos. Regresó volando, como un pájaro a su jaula, y susurró y batió en la cabeza de Ann Leary.-¡Ann!
-¡Dile que se vaya!
Cecy se calmó y extendió sus pensamientos.
-¡Ann!
Pero Ann se había rebelado.
-¡No, no, lo odio!
No debía haberme ido, ni siquiera un momento. Cecyderramó su mente en las manos de la muchacha, en el corazón, en la cabeza, suavemente, suavemente.
De pie, pensó.
Ann se incorporó.
Ponte el abrigo.
Ann se puso el abrigo.
Ahora, ¡en marcha!¡No!, pensó Ann Leary.
¡En marcha!
-Ann -dijo la madre-, no hagas esperar a Tom. Sal y déjate de tonterías. ¿Qué te pasa?
-Nada, mamá. Buenas noches. Volveremos taQué? -dijo su madre en lapuerta.
Cecy volvió rápidamente a su puesto. Había sido un descuido fatal, había dejado el cuerpo de Ann un fatal instante. Había oído el ruido lejano de los cascos del caballo y el carro quetraqueteaba cruzando el campo primaveral iluminado por la luna. Durante un segundo había pensado: Iré a buscar a Tom y me instalaré en su cabeza y veré qué es ser un hombre de veintidós años en una nochecomo ésta. Y se había lanzado a cruzar rápidamente un campo de brezos. Regresó volando, como un pájaro a su jaula, y susurró y batió en la cabeza de Ann Leary.
-¡Ann!
-¡Dile que se vaya!
Cecyse calmó y extendió sus pensamientos.
-¡Ann!
Pero Ann se había rebelado.
-¡No, no, lo odio!
No debía haberme ido, ni siquiera un momento. Cecy derramó su mente en las manos de la...
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