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pedro no supo lo que era una figura paterna
hasta que ya tenía 12 años. Hasta aquel
entonces había vivido solo con su madre y su
hermano pequeño. Tenía vagos recuerdos de su
padre, quealguna vez jugó con él futbol cuando
era niño o lo acostó en la cama con un beso de
buenas noches.
Raúl, el padre de Pedro los dejó siendo muy
pequeños porque tenía problemas de alcoholismo
yera muy agresivo, pero siete años después,
cuando sus hijos ya casi eran adolescentes,
decidió volver al seno del hogar.
La relación entre padre e hijo era tensa, Pedro no
aceptó de buenagana el regreso de su padre y ni
tampoco que éste le impusiera su autoridad. Raúl, el ahora cabeza de familia, creía
que la mejor forma de aplacar la rebeldía de su primogénito era a golpes, pero loúnico que consiguió es que Pedro reaccionara también de forma agresiva.
“Mi hijo empezó a mostrar su agresividad conmigo, tenía problemas en la escuela, se
peleaba mucho con los compañeros eincluso robaba cosas”, cuenta Rosa, madre de
Pedro. Mientras, el hermano pequeño veía el conflicto como puro espectador y les
decía a sus amigos que quería tener una familia normal, donde nohubiera tantas
peleas y discusiones.
El nivel de conflicto llegó a su punto más álgido hace cinco meses cuando Pedro le
levantó la mano a su madre, tras una fuerte discusión. En respuesta, su padrese
quitó el cinturón y le dio una paliza.
Rosa entendió que las cosas no podían seguir así y que necesitaban ayuda, así que
denunció la situación ante un juzgado de Niñez y Adolescencia.“Tenía miedo de que me quitaran a mi hijo y lo enviaran a un hogar, pero era la única
salida, antes de que pasara una desgracia”, confiesa Rosa.
El juez evaluó el caso y decidió enviar a Raúl y aRosa a los talleres para padres que
ofrece CONACMI (Comisión Nacional Contra el Maltrato Infantil), para que
aprendieran a relacionarse de otra forma con sus hijos. Igualmente ordenó que Pedro...