Teatro Latinoamericano

PRÓLOGO

Armando Discépolo y Samuel Eichelbaum representan lo mejor de la madurez del teatro argentino, allá por los ’40. Cada uno tiene características personales y ha creado un estilo único. Dos obras, una de cada autor, serán analizadas en este trabajo: Mateo y Un guapo del 900.
En el caso de Discépolo, sus piezas se caracterizan por el pesimismo y un clima depresivo, que se hace más densoa causa del uso de una comicidad grotesca. Sus personajes son pobres y miserables, muchas veces inmigrantes, aplastados por una realidad social asfixiante.
Supo mostrar con sus obras las miserias de un orden social muy despiadado e injusto a través de la pintura de la vida cotidiana de humildes fracasados, creando el “grotesco criollo”, primera y más auténtica expresión del teatro nacional.El teatro de Samuel Eichelbaum es, fundamentalmente, psicológico, teniendo como eje una indagación sobre la realidad profunda del hombre, sobre sus motivaciones y luchas interiores en la búsqueda de su verdadera personalidad. A sus obras se les objetaba la falta de acción teatral, lo que se propuso eliminar con éxito en Un guapo del 900. En esta obra se nota una evolución, ya que en las anteriorespredominaba el aspecto discursivo y las situaciones estáticas.
Esta obra no es únicamente un cuadro de costumbres que refleja un ambiente y una época. Hay un conflicto de caracteres bien logrado del que surgen las características de varios prototipos y se profundiza la problemática de uno de ellos. De este modo, el momento histórico cobra una importancia especial en el tratamiento escénicojugando como un factor importante para comprender el proceso interior de los personajes.
En el dinamismo de algunas escenas se ofrece un fresco retrato del Buenos Aires de principios de siglo, con sus costumbres y sus tipos característicos. En los cuadros, de situaciones coloridas y diálogos fluidos se discute el momento político y se muestra su accionar.
Al analizar estas obras no sólo se llega alcorazón de dos grandes dramaturgos de nuestra literatura, sino también al sentir de una época que fue parte de nuestro pasado y que ha influido para que hoy los argentinos tengamos ciertas características, tan peculiares como extraordinarias.
Contexto

Luego de la convulsión de la primera década del siglo, los años 20 abren un paréntesis de prosperidad en la Argentina y en el mundo. En muy pocotiempo la ciudad de Buenos Aires se revolucionó por completo tras una fuerte oleada inmigratoria, que llegó tras la Primera Guerra Mundial (1914-1919).
Se privilegiaba el funcionalismo, con el uso de nuevas tecnologías y el maquinismo. Hubo, incluso, obras arquitectónicas completamente de vanguardia, que exhibieron las nuevas tendencias de la modernidad, como el cine Gran Rex.
El idioma,inevitablemente, se modificó. Había tantas lenguas como grupos sociales. La educación pública logró que los hijos de inmigrantes pudiesen integrarse en el seno de la vida social. Pero todavía había muchos que apenas podían hacerse entender. Entre la proliferación de jergas y dialectos, el idioma pasó a ser un tema de preocupación y debate para la mayor parte de los intelectuales y escritores del período.Ingresaron en Buenos Aires, además, novedades como la radiofonía, el cine, la publicidad y los medios masivos de comunicación, que apuntaban ya no a una elite, sino a vastos sectores sociales. Los sectores alfabetizados fueron más numerosos que nunca gracias a la educación pública.
Aparecieron géneros y fenómenos culturales, que antes no existían. Surgieron, por ejemplo, las revistas de moda,las novelitas sentimentales que se vendían a muy bajo costo, los cancioneros de tangos y boleros, las revistas que traían fotos y chismes sobre los actores de cine; todos estos conformaron el nuevo tipo de consumos culturales. Pero también se crearon bibliotecas actualizadas en todos los barrios y editoriales que publicaban libros muy baratos en grandes tiradas, sobre literatura, filosofía,...