Teatro
la llamaremos Amanda
("o la que encuentro contento
esnifando pegamento").
Sé que tiene este desliz
pues cada vez que se suena
el kleenex-tras que ella truena-
se le pega a la nariz.
Cabeza de melón
Había un niño taciturno,
de hombre y melón un injerto.
tenía el ánimo nocturno
por desear tanto estar muerto.
Pero hay que tener cuidado
con lo que sedesea.
Pues él acabó en jalea
tras un pisotón bien dado.
Mensajes del Más Allá (fragmento)
Cuando estaban velando a su tío, Juancito percibió el mensaje que éste le transmitía desde el Más Allá:
Juancito... a mí me mataron.
¡Y lo escuchó claramente! Como si su tío le estuviera hablando al oído. Del susto, miró para todos lados, a ver si alguien le estaba haciendo una broma macabra, peronada, no había nadie cerca.
El tío de Juancito era un muchacho de veinticuatro años, que se llamaba Pedro Escobar y vivía en Gato Negro; hermano menor de su mamá, se dedicaba a la chacra y a criar animalitos.
Las circunstancias de su muerte parecían estar muy claras, según lo relatado por los dos amigos que habían ido a cazar con él. Ellos contaron que luego de andar dos días por el monte,encontraron una guarida de yaguareté y planearon una emboscada para cazarlo. Se distribuyeron y escondieron en los alrededores de la madriguera. Pedro se había subido a un árbol y desde ahí esperaba agazapado con su escopeta que apareciera el bicho. Los otros dos se escondieron en el pajonal. A las dos o tres horas de estar esperando, apareció el yaguareté y el que primero tiró fue Pedro, pero alparecer se distrajo mientras apuntaba y disparaba, porque perdió el equilibrio y se cayó al suelo desde unos siete metros de altura. En la caída se desnucó, porque cayó de cabeza sobre unos troncos.
Éste era el relato de los hermanos Céspedes, los amigos de su tío, y así también se lo contaron a la policía cuando tuvieron que declarar.
Cuando Juancito recibió ese extraño mensaje, estaba sentado enel comedor de la casa de su abuela, donde lo estaban velando. También se hallaban, en ese preciso momento y en el mismo recinto, los hermanos Céspedes, que lloraban y se veían muy afligidos. Apenas recibió el mensaje, Juancito miró a los Céspedes. Fue espontáneo. Fue como un presentimiento. ¿Y si ellos fueron los asesinos? Unos instantes después de estar mirándolos, se puso a pensar, y ahí se diocuenta de que ellos pudieron haberlo matado. Pero se asustó de pensar eso, era muy loco y lo invadió el miedo y se le erizó la piel. Imaginar que los asesinos pudieran haber sido ellos y que ahora estuvieran a metros de él fingiendo dolor por esa muerte... lo puso muy nervioso y lo asustó mucho.
Trató de calmarse y empezó a dudar del mensaje recibido: ¿y si sólo se había tratado de suimaginación? ¿O si lo que pensó fue sólo una ocurrencia? Lo más probable era que ese mensaje no hubiera existido. Ya no se sentía seguro de nada. Pero esa duda lo tranquilizó. Se puso a pensar seriamente y comprendió que nadie recibe mensajes de los muertos y mucho menos, nadie escucha hablar a un muerto. Y de nuevo:
Juancito…ellos me mataron.
¡Ay, mamita querida! Ahí sí que pegó un salto de la silla quetodos lo miraron, hasta los hermanos Céspedes. Tuvo que disimular que se resbaló de la silla y entonces aprovechó el movimiento para salir del comedor. No aguantó más y fue en busca de su padre, decidido a contarle todo lo sucedido. Lo encontró y lo llevó cerca del aljibe, lejos de donde estaban todos. Cuando terminó de contarle, el padre, con lágrimas en los ojos, lo acarició y le dijo:
—Pobrehijito… no te preocupes, lo que pasa es que vos estabas siempre con él, eras su mejor compañero y esta terrible desgracia nadie puede creerla…
—Pero no, papá,… te digo que él me habló y...
—No, hijo, no pienses más en eso. No puede hablarte, pero no te preocupes, eso que sentís suele ocurrir, porque uno está pensando mucho en una persona y está muy afligido, entonces puede parecer que se escucha...
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