Teatro

Actualmente el vestuario de una representación es una marca de diseño y prestigio, en consonancia con la elección de registro de la escenografía, de una puesta en escena. En el siglo XVII era quizá el mecanismo más preciso de la capacidad de producción espectacular de las compañías fueran estables o de la legua. Su directa dependencia del actor realzaba sus posibilidades de representación y,sobre todo en las actrices, el punto de su lucimiento. Y no debía ser causal que el modo más persuasivo de obligar a los farsantes a mantener sus compromisos contractuales fuera, precisamente, embargarles su hato de ropa para representar. Pero, aparte de algunos trabajos anteriores —basado esencialmente en datos de archivo— como los artículos de Vicenta Esquerdo “Indumentaria con la que los cómicosrepresentaban en el siglo XVII” (BRAE, LVIII, 1979, pp. 447-544) o Mercedes Agulló (“Cornejos y Peris en el Madrid de los Siglos de Oro (Alquiladores de trajes para representaciones teatrales)” en Cuatro siglos de tatro en Madrid, 1992, pp. 181-200), no se ofrecía un abanico tan amplio de revisión del tema, no sólo desde el punto documental sino de diversificación y especificidad genérica. Así,junto al estudio histórico de Carmen Argente sobre la realidad del vestido en el barroco español, José Mª Ruano se centra en el vestuario del teatro de corral; Teresa Ferrer lo hace en el del espectáculo de corte; Ignacio Arellano en el de los autos sacramentales calderonianos, Jesús Menéndez en el particular vestuario del teatro de los jesuitas y Evangelina Rodríguez Cuadros se acerca a las marcas deradicalización grotesca o sentido antropológico del vestuario del teatro breve. Por su parte Bernardo José García hace una fundamental indagación en los archivos históricos de Madrid o Valladolid; Andrés Peláez rescata la memoria de la indumentaria teatral en los teatros oficiales desde 1940 a 1990 y Maite Pascual mira directamente a algunas representaciones contemporáneas para subrayar larecepción de comicidad que el vestuario puede provocar. El volumen incluye un precioso Glosario sobre vestido, tocado y calzado en el Siglo de Oro realizado por Abraham Madroñal y concluye con el lujoso placer de numerosas láminas, imprescidibles para la comprensión del tema, de pintura clásica, grabados y bocetos. Hay que saludar con énfasis la oportunidad de todo este valioso material recogido en unamonografía ejemplar que hace pensar en la urgencia de una posible reedición de otros números de Cuadernos de Teatro Clásico ya agotados. Lo agradecería el estudioso y el público interesado. Y, sobre todo, refrendaría la imprescindible andadura de esta publicación que, además de sus sucesivos montajes, constituye uno de los mejores avales de la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Sobre todo porqueesto sí que llega y se difunde —a diferencia, ¡ay!, de las puestas en escena— a los que amamos el tetro clásico desde la periferia. Sólo Madrid (acaso Sevilla o Barcelona) es Corte para la CNTC. Pero de esto, claro, tampoco tiene la culpa ella, sino este insensato descuartizamiento de la programación teatral autonómica que tanto placer nos hurta a los que leemos, enseñamos y nos gustaría.
TEATROESPAÑOL DE LOS SIGLOS DE ORO
 TEATRO EN EL SIGLO XVI
 EL PROBLEMA DE LOS GÉNEROS Y DE LAS DENOMINACIONES GENÉRICAS. CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL TEATRO EN EL SIGLO XVI: LUGARES, PUESTAS EN ESCENA, PÚBLICO, ETC.
PROBLEMAS DEL TEATRO MEDIEVAL:
* Hay un primer problema cultura y es que, cómo después de los grandes clásicos como Esquilo, Eurípides, Plauto, Terencio o Séneca, elteatro se reinventa en Europa de forma tan simple.
* Esta primera pregunta nos lleva a plantearnos la segunda: cómo Europa en el siglo XI reinventa la imagen del hombre y de Dios tan torpemente hasta llegar al Renacimiento, que es la perfección.
Occidente se olvida de la cultura clásica. Los primitivos tropos medievales (primero en latín, después en lenguas vulgares) son reinventos...