TEATRO

Crítica teatral de Luis Paredes al espectáculo
Sacrosanto Pasolini
del grupo Cuatrotablas en su 35 aniversario.
Dirección, dramaturgia y actuación: Carlos Riboty
Supervisión: maestro Mario Delgado
Actúan: José Infante (4ta. generación), Pilar Ochoa, Sonia Franco, Wady Fulton y Miriam Fonseca (7ta. generación).
Luces y asistencia técnica: Hugo “el Pulpo” Zavala, Luchito Castro y AlfonsoSáenz
Producción: Istituto Italiano di Cultura di Lima
Espacio: Sala Pasolini del I.I.C de Lima (Ex colegio Raimondi), setiembre 2006.

Evocar la vida de Pasolini hubiera sido una cosa. Evocar la muerte es otra absolutamente distinta. Porque Pasolini ya es un icono cultural intransferible. Una piedra de toque difícil de mover del lugar en el que el propio artista se ha colocado.
Y, sin embargo,a través del espectáculo de Carlos Riboty, nos damos cuenta también de cuán importante es explorar la muerte de un artista.
La muerte de José María Arguedas afectó su obra indiscutiblemente, le dio una dimensión que antes no tenía (más aún si sabemos –como sabemos- que fue una muerte planificada hasta la perfección por el propio artista).
La muerte de Pasolini fue distinta. Fue una muerte quetuvo un signo azaroso distinto y terrible. Fue una muerte no anunciada que cercenó una carrera brillante dejando al mundo huérfano de un genio.
De las circunstancias tan absurdas que rodearon la muerte de Pasolini, Riboty extrae el sentido de su espectáculo. Y le reprocha en cierto modo a Pasolini este absurdo.
Y, en realidad, no es sólo el absurdo de su muerte lo que se le reprocha sino que,yendo más allá, se le reprocha otros aspectos de su vida.
Es un reproche sutil, pero reproche al fin y al cabo. Por un lado no estamos contentos con su muerte, por el otro, no sabemos qué hacer con la muerte de Pasolini.
Y la obra encuentra su centro en el reproche reiterado de la propia muerte del artista. Un reproche que colma toda la significación de la obra. Un reproche inútil peroespectacular.
Espectacular si pensamos que el actor Riboty ha encontrado su “elemento” para hacerlo así.
Se trata de una sombrilla china de caña y papel colorado. Elemento éste que lo manipula (dadas sus dimensiones y transparencia) haciéndola portadora de mil y una imágenes interesantes: la sombrilla semi-abierta que oculta el rostro del actor mientras habla; luego, la sombrilla abierta. La sombrilladesplegada en el piso. La sombrilla girando, con el actor produciendo una serie de sombras ¿chinescas? que evocan la condición mortal del hombre. La sombrilla cayendo, suspendida en el aire por unos segundos…
El discurso sobre la muerte de Pasolini resulta un carnaval de imágenes. Si alguien tiene que morir para producir este carnaval de imágenes, ese alguien tiene que ser un artista. Y Pasolini lofue y ¡qué artista!
Riboty no se aproxima un ápice a la vida de Pasolini. Sólo a su muerte… y la retrotrae al Perú.
A cómo sería la muerte de Pasolini en el Perú. Descartando de que, inevitablemente, hubiera muerto de hambre, todas las otras muertes que nos imaginamos hubieran sido igualmente terribles.
Tal vez, la pacata sociedad limeña, lo hubiera “matado” moralmente antes, como efectivamentelo hizo en el pasado con una innumerable cantidad de artistas nativos.
Pero ¿por qué traer a Pasolini a morir al Perú?
Si no fuese un hecho sólo estético sería de lo más reprobable. Una explicación es que Riboty siempre está volviendo al Perú en todo lo que hace.
Siempre carga de mundos peruanos esos materiales europeos y orientales que pertenecen a la cultura universal.
Aproxima culturas tandisímiles. Lo hace con su mirada díscola y ecléctica. Pero lúcida al máximo. Y hasta diría que aproxima elementos a simple vista irreconciliables.
No sé en realidad cómo lo hace ni para qué, ni tampoco por qué lo hace. Pero de que realiza un lenguaje que a medias se entiende entre el público, de eso estoy seguro.
Sus aproximaciones son absolutamente “ribotianas”.
Son unas pinturas näif...