Teatro

JUAN Y LA HABICHUELA MAGICA:
(En escena Juan, su madre y el narrador)
Madre: (enfadada) Se acabó, no queda un chavo en casa y digo yo que en el mercado echándole tupé podrás vender la vaca, conque ve y cuenta allí lo sana que es la Juana, (con gesto confidente) aunque tú y yo sepamos que es anciana.
(Juan sale de escena)
Narrador: Se fue Juan con la vaca y volvió luego, diciendo…
(EntraJuan corriendo al escenario) Juan: ¡Madre, cómo les di el pego! Jamás habrá un negocio tan redondo como en que hizo tu Juan.
Madre: (interrumpiendo) ¡Mira el sabihondo! Seguro que tu trato es un desastre y que te ha dado el timo algún pillastre…
Narrador: Más cuando Juan con gesto artero y pillo extrajo una habichuela del bolsillo su madre saltó un cuádruple mortal, se puso azul y gritó…
Madre:¡Animal! ¿Te has vuelto loco? Dime, tarambana, ¿te han dado una habichuela por la Juana? (La madre coge la habichuela, la lanza lejos, agarra la aspiradora y persigue a Juan hasta fuera de la escena)
Narrador: Y tiró al huerto la habichuela, agarró a Juan y le atizó candela con la magüeta de la aspiradora zurrándole lo menos media hora. A las diez de la noche, sin embargo, la alubia empezó a echarun tallo largo, tan largo que la punta se perdía entre las nubes cuando llegó el día.
(Entra Juan corriendo y su madre lo sigue más pausadamente) Juan: (Señalando al cielo) ¡Madre, echa un vistazo y dime si ayer no hice un negociazo!
Madre: ¡Calla, pasmarote! ¿Acaso da habichuelas ese brote que pueda yo meter en el puchero? ¡No agotes mi paciencia, majadero!
Juan: ¡Por Dios, mamá, que no hablode semillas! ¿No ves que es de oro? ¡Mira cómo brilla!
(Los dos contemplan el aire)
Narrador: ¡Cuánta razón tenía el rapazuelo! Allá afuera, estirándose hasta el cielo, brillaba una alta torre de hojas de oro más imponente que el mayor tesoro. La madre de Juanito espeluznada pegó otro brinco y dijo…
Madre: ¡Que burrada! Hoy mismo compro un Rolls, me voy a Ibiza y abro una cuenta en una bancaSuiza. (Dirigiéndose a su hijo) ¡Vamos, mastuerzo, tráeme las que puedas y las que no sean de oro te las quedas!
(Juan sale empujado por su madre. Esta se sienta).
Narrador: Y Juan sin atreverse a vacilar, trepó por la habichuela sin tardar, ganando altura –no preguntéis cuanta- hasta alcanzar la punta de la planta. Más una vez allí ocurrió una cosa de lo más espantable y horrorosa: se levantó unestruendo tremebundo, como si se acercara el fin del mundo y habló una voz terrible, muy cercana…
Gigante: (en off) ¡¡ESTOY OLIENDO CARNE HUMANA!!
(La madre pega un bote del susto y mira a su alrededor)
Narrador: Juanito se dio un susto de caballo y sin pensarlo más bajó del tallo.
(Entra Juan, jadeando despavorido)
Juan: (asustado) ¡Ay, madre!, si lo sé yo no te escucho, que arriba hay unhombre que grita mucho, que yo lo he visto y me parece injusto subir y que me peguen otro susto. Es un gigante, y anda bien de olfato.
Madre: ¡Que tonterías dices, mentecato!
Juan: Me olió sin verme, madre, te lo juro. Es un gigante enorme, ¡estoy seguro!
Madre: Naturalmente que te olió, marrano, que no te duchas más que en verano y apestas como un chivo y no obedeces por más que te lo mande cienmil veces.
Juan: ¿Por qué no subes tú, ya que eres tan valiente?
Madre: ¡Desde luego! Yo sin luchar a tope no me entrego.
(Sale la madre, Juan se queda mirando al cielo)
Narrador: Se arremangó las faldas y de un salto tomó la planta por asalto y se perdió en sus hojas, mientras Juan dudaba del buen éxito del plan, temiendo que el tufillo mareante de su madre enfadara a aquel gigante. Mirandoarriba estaba… (Se oye un suspiro aterrador. Juan mira a su alrededor) hasta que un ruido que no esperaba, más bien un chasquido terrible, y una voz desde la altura llegaron a su oído…
Gigante: (en off) ¡ESTABA DURA Y LE SOBRABAN HUESOS, PERO AL MENOS LOS DOS MUSLITOS ME HAN SABIDO BUENOS!
Juan: ¡Atiza! ¡Ese chiflado se merendó a mi madre de un bocado! (Olfateó) Ya lo decía yo. Ese tufillo...