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Páginas: 2 (343 palabras)
Publicado: 12 de marzo de 2013
Con un corazón ardiente
Un nuevo Pentecostés renueva la vida de la Iglesia, esta vez nos alegramos por la fidelidad de los catequistas de la Escuela de Oración y de tantos hermanos y hermanasque perseveraron un año con la gracia del Señor Resucitado, aprendiendo a “tratar de amistad con Dios” como decía Santa Teresa de Ávila, es decir, aprendiendo a través de las distintas maneras de orara establecer un estrecho vínculo de amistad amorosa entre el discípulo de Jesucristo y nuestro Padre Dios.
También podemos dar testimonio de que el camino recorrido hasta ahora no ha sidototalmente fácil, ha significado renuncias, esfuerzos personales, momentos de desánimo, soledad, etc. y porque no estábamos dispuestos a renunciar a la misión encomendada supimos sobreponernos a estasdificultades; por eso, en esta Solemnidad de Pentecostés deseamos dar gracias al Señor por concedernos coronar con éxito este año de la Escuela de Oración (2009-2010).
Queremos con un corazón ardienterenovar nuestro compromiso evangelizador, asimismo, unirnos a la acción de la Iglesia que consagra y envía a estos hermanos y hermanas para que sean testigos del amor misericordioso de Dios descubiertoen la meditación asidua de la Palabra de Dios y la participación en la mesa de la Eucaristía; y de la misma manera que los discípulos de Emaús (Lc 24, 13 – 35) volvieron a Jerusalén llenos de gozo porla presencia real del Señor Resucitado en sus vidas, llevar la alegría pascual a cuantos aún camina desanimados por la vida.
Este envío misionero que realizamos hoy quiere ser el “granito de arena”que la Escuela de Oración pone en el esfuerzo de renovar nuestra parroquia “San José” y de ayudar en la conversión de los corazones a la persona de Jesucristo, Guía y Maestro.
La Virgen María dePentecostés siga animándonos en esta misión que ahora se nos confía y sostenga los esfuerzos de todos los catequistas en su empeño de enseñar a orar en espíritu y en verdad a sus vecinos y hermanos....
Un nuevo Pentecostés renueva la vida de la Iglesia, esta vez nos alegramos por la fidelidad de los catequistas de la Escuela de Oración y de tantos hermanos y hermanasque perseveraron un año con la gracia del Señor Resucitado, aprendiendo a “tratar de amistad con Dios” como decía Santa Teresa de Ávila, es decir, aprendiendo a través de las distintas maneras de orara establecer un estrecho vínculo de amistad amorosa entre el discípulo de Jesucristo y nuestro Padre Dios.
También podemos dar testimonio de que el camino recorrido hasta ahora no ha sidototalmente fácil, ha significado renuncias, esfuerzos personales, momentos de desánimo, soledad, etc. y porque no estábamos dispuestos a renunciar a la misión encomendada supimos sobreponernos a estasdificultades; por eso, en esta Solemnidad de Pentecostés deseamos dar gracias al Señor por concedernos coronar con éxito este año de la Escuela de Oración (2009-2010).
Queremos con un corazón ardienterenovar nuestro compromiso evangelizador, asimismo, unirnos a la acción de la Iglesia que consagra y envía a estos hermanos y hermanas para que sean testigos del amor misericordioso de Dios descubiertoen la meditación asidua de la Palabra de Dios y la participación en la mesa de la Eucaristía; y de la misma manera que los discípulos de Emaús (Lc 24, 13 – 35) volvieron a Jerusalén llenos de gozo porla presencia real del Señor Resucitado en sus vidas, llevar la alegría pascual a cuantos aún camina desanimados por la vida.
Este envío misionero que realizamos hoy quiere ser el “granito de arena”que la Escuela de Oración pone en el esfuerzo de renovar nuestra parroquia “San José” y de ayudar en la conversión de los corazones a la persona de Jesucristo, Guía y Maestro.
La Virgen María dePentecostés siga animándonos en esta misión que ahora se nos confía y sostenga los esfuerzos de todos los catequistas en su empeño de enseñar a orar en espíritu y en verdad a sus vecinos y hermanos....
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