Tecnico
Tenemos una palabra en el lenguaje cristiano que casi nos da miedo el pr onunciarla. Es
la palabra tentación. Decir tentación es lo mismo que decir prueba, y a nadie le gusta que leprueben, lo mismo en un examen de la universidad que la sangre en el laboratorio.
Pero, al hablar de tentación, hay que partir de la misma Palabra de Dios, la cual nos dice
que Él no tienta anadie, porque no puede pretender ningún mal. Lo que ocurre es que Dios,
sabio y bueno, ordena todos los acontecimientos de tal manera que se convierten en
demostración de nuestra fidelidad y de nuestroamor al Señor.
Es un hecho constante en la Iglesia que todos los santos han experimentado grandes
pruebas.
El cristiano lo sabe bien, y por eso está siempre alerta.
Un día se le desmorona la salud.Otro, el negocio se le va a pique.
De la noche a la mañana, ve su fama, siempre intachable, arrastrada por los suelos.
Gozaba feliz del amor y la amistad, y se ve de pronto en el abandono sinsaber por qué.
La vida le sonreía siempre y en todas partes, y ahora la vida se divierte enseñándole los
colmillos y sus garras de fiera.
Y todo esto, a pesar de que tiene en su conciencia una limpiezainmaculada...
Claro está que estas cosas las puede padecer cualquiera, y no precisamente el cristiano.
Pero, mientras que el hombre sin fe se rebela, el cristiano sabe que con ello demuestra aDios su fidelidad, y sabe también que se hace más y más agradable a su Señor.
Es una equivocación, cuando llegan estas circunstancias, echar la culpa a Dios. Por lo
visto, es una cuestión muy vieja esode decir que Dios es el respo nsable de todos los males
que nos vienen encima. El apóstol Santiago tuvo que salir en defensa de Dios, cuando
escribió al principio de su carta:
- ¡Dios no tienta anadie!
Son las circunstancias de la vida las que nos ponen a prueba. Y son las pasiones que
llevamos dentro desatadas y mal sujetas desde la caída de Adán y Eva en el paraíso.
Por no traer casos...
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