TEMA 7 Geertz 1994 Sentido Comun Como Sistema Cultural
interpretación de las culturas. Buenos Aires: Paidós. Páginas 93-116.
la
[93] CAPÍTULO 4: EL SENTIDO COMÚN COMO SISTEMA CULTURAL
I
En su recopilación de juegos imaginarios y de abruptas metáforas a las que
llamó Investigaciones Filosóficas, Wittgenstein compara anticipadamente el
lenguaje a una ciudad:
No se preocupen por el hechode que [algunos pocos lenguajes que él
ha inventado con propósitos didácticos] consistan únicamente en
imperativos. Si lo que quieren decir es que son por ello incompletos,
pregúntense si nuestro lenguaje es completo —si lo era antes de que le
fueran incorporados los símbolos de la química o las formas del cálculo
infinitesimal, ya que éstos, por así decirlo, son los suburbios de nuestro
lenguaje.(¿Y cuántas casas y calles se necesitan antes de que una
ciudad empiece a ser una ciudad?) Nuestro lenguaje puede concebirse
como una ciudad vieja: un laberinto de pequeñas plazas y calles, de
casas viejas y nuevas, y de casas con añadidos de distintas épocas; y
todo ello está rodeado por una multitud de barrios modernos, de calles
rectas y casas uniformes.1
Si trasladamos esta imagen a lacultura, podemos decir que los antropólogos
han convertido a la vieja ciudad en su especialidad, se han paseado por sus
avenidas azarosamente construidas intentando realizar una suerte de tosco
mapa de ella, y sólo últimamente han empezado a preguntarse cómo fueron
construidos los suburbios —que parecen cada vez más atestados—, la relación
que guardan con la vieja ciudad (¿nacieron de ella?, ¿se havisto modificada
por ellos?, ¿tragarán finalmente los suburbios a toda la ciudad?), y cómo será
la vida en unos lugares tan simétricos como ésos. La diferencia entre los tipos
de sociedades que han estudiado tradicionalmente los antropólogos, las
tradicionales, y los tipos de sociedades en que normalmente habitan, las
modernas, se ha planteado en términos de primitivismo. Pero ésta podría
plantearsemejor en términos del desarrollo que han tenido esos sistemas de
pensamiento y de acción ordenados y reforzados —la física, el contrapunto, el
existencialismo [94] la cristiandad, la ingeniería, la jurisprudencia, el
marxismo—a partir del antiguo complejo de prácticas heredadas, creencias
aceptadas, juicios habituales y emociones no enseñadas. Esos sistemas
constituyen características tanrelevantes de nuestro propio paisaje que no
podemos imaginar un mundo en el que éstos, o algo parecido a éstos, no
exista.
Desde luego, sabemos que la química (y menos aún el cálculo) no se ha
desarrollado excesivamente entre los tikopia o en Tombuctú, y que el
1
1. L. Wittgenstein, Philosophical Investigations, trad. G. E. M. Anscombe, Nueva York, 1953, pág. 8; he
alterado ligeramente la traducción deAnscombe. [Ludwig Wittgenstein, Investigaciones Filosóficas,
Barcelona, Crítica, 1988. (T.)
bolchevismo, al igual que las perspectivas de puntos de fuga, las doctrinas de
la unión hipostática y las disquisiciones sobre el problema mente-cuerpo no son
precisamente fenómenos distribuidos de forma universal. Sin embargo, somos
reticentes, y los antropólogos lo somos especialmente, a deducir de taleshechos la conclusión de que la ciencia, la ideología, el arte, la religión o la
filosofía, o al menos los impulsos a los que sirven, no sean propiedad común
de toda la humanidad.
Y a partir de esa reticencia, se ha desarrollado toda una tradición de
argumentación diseñada para demostrar que los pueblos «más simples»
poseen un sentido de lo divino, un interés desapasionado por el conocimiento,
unasensibilidad para la forma legal, o una apreciación de la belleza por sí
misma, aun cuando esas cosas no se encuentren entre los ámbitos armoniosos
y bien definidos de la cultura que nos son tan familiares. Así, Durkheim halló
formas elementales de vida religiosa entre los aborígenes australianos, Boas
un espontáneo sentido del diseño en la costa noroeste, Lévi-Strauss una
ciencia «concreta» en...
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