Tema 71. SOLO DIOS CONOCE Y JUZGA DE VERDAD AL HOMBRE. DIOS JUZGA MI VIDA. EL JUICIO FINAL
65. El preadolescente se siente juzgado severamente por los mayores. El mismo tampoco acierta a juzgarse adecuadamente. Concaracterísticas propias de su edad y con particular intensidad, experimenta lo difícil que es saber la verdad de lo que pasa dentro de sí y a su alrededor. En realidad, las acciones libres proceden deun pasado oscuro o desconocido y se prolongan en repercusiones subterráneas que se pierden en el fondo incierto del futuro. Las apariencias nunca revelan nítidamente la inferioridad de los seres, cuyosentido último permanece, las más de las veces, oculto o sólo parcialmente desvelado. Los hechos de la vida y los acontecimientos de la historia son, por lo común, ambiguos y opacos: que posean unsignificado dista mucho de ser evidente. La verdad total queda oculta. El sentido pleno de las cosas también.
Cuando actúa en la historia, Dios juzga. El juicio, ¿día esperado?
66. Para elcreyente, Dios no interviene de una manera particular, en la historia, sin juzgar. Su intervención tiene siempre una doble vertiente: salva y juzga. La prioridad corresponde, con todo, al aspecto salvífico.El juicio de Dios es, fundamentalmente, para la salvación. Es el día esperado por el creyente. Cuando la Iglesia primitiva confesaba su fe en el Cristo juez ("vendrá a juzgar"), lo que resonaba en elfondo de este artículo de fe era el mensaje confortante de la gracia vencedora (Mt 25, 21ss; Le 10, 18; 2 Ts 2, 8; 1 Co 15, 24), pues el juicio será la victoria definitiva de Cristo y de los suyossobre los poderes hostiles. El creyente, que vive según su fe, no tiene por qué temer este día del Señor como si fuera para él un día de ira. Así lo dice San Juan: "En esto ha llegado el amor a suplenitud con nosotros: en que tengamos confianza en el día del Juicio, pues como él es, así somos nosotros en este mundo. No hay temor en el amor, sino que el amor perfecto expulsa el temor, porque el...
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