Temas Sociales

«Bienvenidos»
Miré a mamá por última vez antes de que la puerta en la sala de partos fuese cerrada. Una contracción más me hizo emitir un quejido de dolor.
Cory tuvo razón. Dar a luz era lo másdoloroso.
Teniendo en cuenta que eran dos…
Rápidamente la ginecóloga que se había encargado de mi control prenatal se acercó a intentar calmarme.
Las gotas de sudor corrían por mi frente embadurnandotodo mi rostro.
* Necesito que respires suavemente y pujes –dijo colocándola manguerilla de respiración en mi cara –todo va a estar bien.
Cerré los ojos tomando la respiración tal como ella lohabía pedido.
* ¿Dónde está Drew? –chillé entre lagrimas.
* ¿quieres que entre? –preguntó extrañada.
* ¡claro! –lloré una vez más.
* Bien –llamó a una de las enfermeras –hagan pasar alsr Criss.
Volvió a mirarme con ternura.
* ok. Señora Criss traigamos a esos mellizos a este mundo.
Tomé otra bocanada de aire. Soltándolo abruptamente para poder seguir el ritmo de lascontracciones que cada vez eran más fuertes y en lapsos menores de tiempo.
Los ojos de Drew aparecieron entre el sonido del electro cardiógrafo y mi corazón que palpitaba como caballos alocados.
* ¡unavez más! –me pidió la doctora.
* Estoy aquí –susurró Drew besándome la mano con dulzura –tu puedes.
Volví a pujar al ritmo de la contracción.
Solo un esfuerzo más y mis pequeños estarían allíconmigo.
La explosión de mi sangre seguida de un descanso y alivio me dio a saber que mis bebes ya estaban conmigo. Escuché la risa de Drew como un eco lejano.
Me desvanecía sin siquiera verlos.Suspiré una vez más llena de cansancio.

***
Marie cerró los ojos agotada por la labor de parto. La enfermera se acercó con uno de los bebes limpiándole los restos de sangre en la frente. Era unahermosa niña. Me la tendió suavemente, la sostuve con toda la delicadeza admirando la diminuta complexión de sus bracitos.
Sonreí ampliamente. Era perfecta.
Tal y como lo había soñado. Perfecta....