Temas Variados

impotencia del pueblo mexicano para constituirse en entidad independiente y soberana, una experiencia que puede ya invocarse como autoridad indiscutible ha venido k poner de manifiesto lo errí^neo y temerario de tales aseveraciones, asentando verdades que sobre cuanto puede inventar el espíritu de partido, resultan del estudio atento de nuestra historia, señalando como luminosos faros, no sólo elcamino hasta ahora recorrido, sino los senderos por los que en lo futuro debe la nación adelantarse de una manera reflexiva, para corresponder al destino que el siglo en que vive y el continente en que habita le tienen suficientemente marcado. Estas consideraciones, sugeridas por la filosofía de nuestra historia, nos obligan k detenernos en un examenpreliminar de las fuentes de donde se deriva,como postrera consecuencia, la revolución llamada de reforma, por haber venido á plantear principios madurados entre el conflicto de las ideas y el choque de las armas, extirpando al mismo tiempo abusos profundamente arraigados en fuerza de la ignorancia y la costumbre, pero cuya existencia llegó á hacerse inconciliable con los mAs vitales intereses de la sociedad. De esta manera, al través de laescena movediza de los acontecimientos, podrá tenerse el hilo conductor que los enlaza y explica; podrá determinarse el pensamiento fundamental que sirvió de base al plan sobre el cual se desarrolla el drama completo de nuestra historia, que desde otro punto de vista considerada sólo excitaría emociones propias para dar pábulo y fomento á la imaginación, pero en que inútilmente se buscarían esassabias enseñanzas que abren al progreso un cauce seguro y permanente. Apenas sometida la capital del imperio azteca, el afortunado caudillo de la conquista encarecía al jefe de la monarquía española la necesidad de enviar personas idóneas que trabajasen en la conversión de los idólatras. Poco satisfecho, sin embargo, de la organización que en la península había alcanzado la Iglesia, Cortés indicabacomo un medio para conseguir el fin que se proponía y evitar las corruptelas que su buen juicio repugnaba, que el rey se encargase de proveer k la subsistencia tanto del clero secular como del regular, haciéndolos así depender directamente del poder civil Tepotzotlán, Puebla, Veracruz y Jalisco, y lo mismo los carmelitas y mercedarios; así es que á la sazón existían en Nueva España sobrecuatrocientos conventos de diversas órdenes religiosas; y si á éstos se agregan otros tantos partidos de clérigos, resultan unas ochocientas doctrinas ó asistencias de ministros eclesiásticos encargados de la administración de los sacramentos. Bueno es advertir que cada uno de los conventos y partidos de clérigos tenían de visita muchas iglesias en pueblos y aldeas que estaban á cargo de su doctrina, decuyo número puede tenerse idea considerando que pasaban de mil las que correspondían á la sola provincia del Santo Evangelio i. Por lo demás, nada puede tener una explicación más sencilla y natural que la preponderancia que en pocos años alcanzó la Iglesia y con particularidad los frailes en las nuevas colonias. El espíritu ardiente de caridad que guió á los primeros misioneros á las apartadasregiones de América, con el nobilísimo fin de convertir á la fe cristiana los innumerables pueblos,
que mal sometidos á la espada del conquistador conservaban en toda su integridad las creencias, hábitos y costumbres que habían formado su antiguo modo de ser
social, político y religioso; los inmensos trabajos emprendidos por aquellos infatigables obreros de la civilización para ir derramando losgérmenes de una nueva vida en multitudes rehacías á innovaciones repentinas, que se asociaban en su imaginación con las violencias de que eran víctimas por parte de los terribles teules 2, establecieron relaciones íntimas, crearon afectos recíprocos entre aquellos ministros de paz y los indígenas, que hasta entonces sólo habían visto en los nuevos señores un elemento de destrucción y de ruina para...