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Valdés Leal
Muchos son los que creen imitar el estilo de Víctor
Hugo, pero lo que imitan en realidad es sólo el de sus
traductores.
Leopoldo Alas, Cía,
pinion
HIERONYMUS. Núm. 2. Descripción y prescripción o repetición y novedad. Reflexiones acerca de los con...
HIERONYMUS. Núm. 2. Descripción y prescripción o repetición y novedad. Reflexiones acercade los con...
Descripción y prescripción o repetición y novedad.
Reflexiones acerca de los congresos de traducción y
las conferencias de traductores
Es una plaga, un virus congregativo o,
tal vez, gregario el que nos impulsa a reunimos, a encontrarnos alrededor de la
traducción. En el mundo de la traducción,
los congresos están tan de moda que su
pasmosa proliferación invita apreguntarse
por la funcionalidad de los mismos. A
mayor número de congresos, ¿se da realmente un mayor avance epistemológico en
la disciplina?
La traducción no es, mal que les pese a
muchos, ni una ciencia pura ni un conocimiento técnico, susceptibles ambos de
grandes progresos de los que constantemente haya que rendir cuentas al gremio
erudito. ¿Acaso son tan espectaculares los
avances de lasciencias auxiliares (la terminología y la documentación, dicen) o tan
pragmatizables las descripciones o modelizaciones del proceso que .permitan una
mejora continua y evidente y exijan una
constante puesta al día, tanto en la didáctica como en la praxis?, ¿son tan novedosos
los enfonques que se ganan con el paso
del tiempo o son ¿an abismales las diferencias de escuela entre unos teóricos yotros?
Larhaud tiene más razón que un santo
padre: la teoría de la traducción sigue
siendo «el cuento de nunca acabar». El que
en el campo de la traducción piense en
grandes descubrimientos, se topará con el
Mediterráneo. Las tesis representadas
actualmente por cualquier «escuela» (así se
llaman), eso sí, sin su aparato terminológico y onomástico, hace tiempo fueron formuladas por muchosde los que Mounin
llamaba «practicones de la traducción». El
que esto escribe, asiduo asistente a esos
congresos, tiene en todos ellos una y la
misma sensación. De un congreso a otro
sigue oyendo la misma palinodia: se menciona, p. ej., y se insiste en los elementos
* ieronymus
'ompliitcrisis
kulturspezifisch que comporta la intertextualidad, se vuelve a analizar la traducción
comoacto semiótico, en ocasiones se
inventan y presentan nuevos términos, se
repiten los antiguos hasta la saciedad... se
describe mucho y se prescribe nada. Por si
esto fuera poco, los modelos que crean
tales descripciones son mucho más complicados que la realidad descrita, lo que,
obviamente, provoca la desconfianza del
traductor de base, que tiene que vérselas
con la realidad real de latraducción, no
con la oficial que quieren los teóricos,
frecuentemente carentes de contraste
práctico.
Pero no acaban ahí los males. A menudo, la textualidad del discurso de los conferenciantes es idéntica a la que se les ha
oído en otra ocasión, en otra parte. En
parte, como es obvio, porque los conferenciantes son los mismos y no están en
situación de producir, de investigar al
frenéticoritmo de sus numerosas intervenciones como estrellas invitadas. Llega a
darse, incluso, la paradoja de que veteranos de estas lides echan mano de formulaciones ya expuestas y que no responden al
estado actual de su pensamiento, pero
que, por ser pasadas, no son tan fácilmente identificable por el posible «público de
siempre». Tampoco es inusual el caso
siguiente: antiguo/a alumno/a de ilustreconferenciante comparece ante la concurrencia y expone, en presencia de éste/a
último/a y en flagrante delito de plagio, un
tema oído al maestro/a.
No menos frecuente es que el tema
monográfico fijado para el simposio no se
respete por parte de los ponentes. Los
centros organizadores se esfuerzan en
contar con estrellas invitadas foráneas que,
por desconocimiento de la lengua vernácula y...
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