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BACTERIAS LITOFAGAS EN LAS CAVERNAS
El primer análisis microbiológico de las pinturas de la Cueva de Altamira, acometido por científicos españoles y austriacos, revela la existencia de colonias de bacterias parcialmente desconocidas. Este equipo quiere ahora averiguar si alguno de los microorganismos detectados contribuye al acelerado deterioro de las pinturas.
Cerrada al público para evitarsu progresiva degradación, la «Capilla Sixtina del Arte Cuaternario» no está en realidad deshabitada. Microscópicas colonias de bacterias, invisibles para el ojo humano, crecen en el interior de la cueva de Santillana del Mar (Cantabria), lo que constituye un potencial riesgo para los pigmentos de sus pinturas. En un estudio publicado en la revista «FEMS Microbiology Letters», investigadores delInstituto de Recursos Naturales y Agrobiología del CSIC, con sede en Sevilla, y de la Universidad de Viena describen el primer análisis microbiológico independiente realizado en el interior de Altamira. Las pesquisas realizadas a partir de una muestra de sólo un miligramo, y con financiación de la Comisión Europea, revelan la identidad de la gran variedad de microorganismos que habitan en lascélebres pinturas rupestres descubiertas en 1879.
A partir de un miligramo
El biólogo molecular Juan González Grau, del equipo dirigido por el científico Cesareo Saiz-Jiménez, explicó a ABC que la investigación se inició en octubre de 1998. En presencia del director de la cueva, se raspó con un escalpelo esterilizado un pigmento rojizo, situado muy cerca de las patas de uno de los bisontes que decoranel techo de la famosa sala de los polícromos. Con sólo un miligramo de materia, el equipo hispano-austriaco pudo aislar muestras de material genético, que fueron amplificadas en millones de copias con la técnica de la Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR). Los trabajos de identificación se centraron en un pequeño fragmento de RNA de apenas 1.500 bases que existe en todas las bacterias porquese ha conservado a lo largo de la evolución, aunque muestra la suficiente variabilidad para poder desvelar a qué grupo y especie pertenece cada bacteria. Una vez tratadas y separadas con electroforesis, el RNA de cada muestra fue secuenciado, pudiendo finalmente desenmascarar la identidad de las bacterias presentes en las pinturas rupestres. La primera revelación suscitada por esta investigaciónes la gran diversidad de microorganismos existentes en Altamira. La segunda, y más sorprendente, fue la detección de algunos grupos de bacterias de las que se conoce aún muy poco. González Grau detalla que, del total de bacterias, el 52 por ciento eran proteobacterias, muy comunes y cuya presencia en la cueva puede calificarse de normal. Pero también se detectó el desarrollo, en un 23,8 por ciento,de Acidobacterium, una división o grupo bacteriano «cuya función es casi desconocida», señala este joven investigador. El grupo Acidobacterium fue recientemente descubierto y aunque ya se sabe que habita en muchos suelos, todavía existen muchas incógnitas sobre su naturaleza, entre otra razones porque es muy difícil cultivarlos en laboratorio. Por ahora se conocen tres géneros de Acidobacterium,que podrían estar involucrados en la oxidación del amonio.
Otra sorpresa fue el hallazgo de otro grupo de bacterias llamado Planctomycetales, en una proporción del 4,8 por ciento, que también participarían aparentemente en la oxidación del amonio. El hallazgo de estos microorganismos poco conocidos en la cueva de Altamira tiene relevancia para su conservación porque no es descartable que algunosde esos microorganismos intervengan en la degradación del óxido de hierro, presente en los pigmentos rojizos de las pinturas. De hecho, la experiencia de este grupo hispanoaustriaco, que ha analizado las bacterias de cuevas de gran valor artístico, como la española de Tito Bustillo y la italiana Grota dei Cervi, indica que la degradación y decoloración de los pigmentos utilizados por los...