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Había una vez un niño llamado Pedro que tenía 9 años y era muy querido por todo el pueblo, pero sobre todo por su tía, y no quedaba nada que no le hubiera dado alniño. Una vez le regaló un pequeño oso de juguete, le gustaba tanto que nunca lo quería soltar, así que la empezaron a llamar el niño del oso. Un día su padre lo llamo: ven pedro, aquí tengo un pastel yuna botella de vino, llévaselas en esta canasta a tu tía, que no le hemos agradecido por las tantas cosas que te ha dado. Vete ahora temprano, antes de que caliente el día, y en el camino, caminatranquila y con cuidado, no te apartes de la ruta, no vayas a caerte y se quiebre la botella y no quede nada para tu tía. Y cuando entres a su casa no olvides decirle, “Buenos días”, ah, y tampoco se teolvides tu oso de peluche.
No te preocupes, haré bien todo, dijo Pedro, y tomó las cosas y se despidió cariñosamente. La tía vivía en el bosque, como a un kilómetro de su casa. Y no más había entradoPedro en el bosque entonces se fue dentro del sendero, cuando se sorprendió al ver que habían cerrado el senderó. Pedro no sabía qué hacer, pero no tuvo otra opción más que cruzar el bosque. Pero altratar de cruzarlo se perdió a pesar de que se había perdido no se sentía triste en cambio tenía la esperanza de llegar a la casa de su tía, por más que buscaba no encontraba la casa de su tía en untiempo de buscar se quedó cansado y sin energías porque había pasado mucho tiempo sin comer pensaba que iba a ser la última aventura con su oso de juguete, se sentía tan débil que ya no se podía pararmientras platicaba con su oso de juguete sobre su ultimo día juntos.
El niño se estaba muriendo cuando de pronto se le apareció enfrente de el un oso de verdad como su juguete que le llevaba mielpara que comiera él pensaba que como una bestia tan feroz como esa le pudo haber ayudado a haber conseguido alimento cuando se lo pudo haber comido.
Cuando al fin recupero las fuerzas como para...
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