Temascolegio

Páginas: 10 (2314 palabras) Publicado: 31 de octubre de 2012
«¿Qué querrá?» ––se preguntó K en voz baja. No se atrevía a gritar allí dentro. Su reacción fue sacar su cartera y acercarse al hombre. Pero éste hizo de inmediato un gesto de rechazo con la mano, alzó los hombros y se alejó cojeando. Con un paso semejante K había intentado imitar cuando era niño el trote de un caballo. «Un anciano senil ––pensó K––. Su inteligencia apenas llega paraayudar en la Iglesia. Se para cuando yo me paro y acecha por si sigo andando». K siguió sonriendo al anciano por toda la nave lateral hasta llegar al Altar Mayor, el anciano no paraba de señalarle algo, pero K no se volvía. Esos gestos sólo tenían la intención de apartarle de sus huellas. Finalmente le dejó, no quería asustarlo, tampoco quería ahuyentarlo del todo, por si acaso venía elitaliano.
Cuando entró en la nave principal para buscar el sitio en el que había dejado el folleto, descubrió muy cerca de una columna casi adosada a los bancos del coro del altar un sencillo y pequeño púlpito lateral, hecho de piedra desnuda y blanca. Era tan pequeño que desde lejos parecía una hornacina aún vacía, destinada a albergar una estatua. El sacerdote, con toda seguridad,apenas podría retroceder un paso desde el pretil. Además, el tornavoz, sin ningún adorno, estaba situado a una altura escasa y se inclinaba tanto que un hombre de mediana estatura no podía permanecer recto en el interior del púlpito, sino que debía agacharse y apoyarse en el pretil. Parecía diseñado específicamente para atormentar al sacerdote, era incomprensible para qué podía necesitarseese púlpito, ya que se tenía el otro, más grande y decorado con tanto primor.
A K no le hubiera llamado la atención ese pequeño púlpito, si no hubiera descubierto una lámpara fijada en la parte superior, como las e se suelen colocar poco antes de un sermón. ¿Se pronunciaría ahora un sermón? ¿En la iglesia vacía? K miró hacia la escalera que, bordeando la columna, conducía al púlpitoy que era tan estrecha que no pare para uso humano, sino simplemente de adorno para la columna. Pero al pie del púlpito, K sonrió de asombro, se encontraba, efectivamente, un sacerdote. Apoyaba la mano en la barandilla, preparado para subir, y miraba a K. Entonces asintió levemente con la cabeza, por que K se persignó e inclinó, lo que debería haber hecho antes. El sacerdote tomó un pocode impulso y subió al púlpito con pasos cortos y rápidos. ¿Realmente iba a pronunciar un sermón? ¿Acaso el sacristán carecía de tan poco sentido común que le había querido conducir hasta–– el sacerdote, lo que, en vista de la iglesia vacía, era necesario? Además, por algún lado había una anciana ante la imagen de la Virgen María que también tendría que haber venido. Y, si se iba apronunciar un sermón, ¿por qué no había sido precedido por el órgano? Pero éste permanecía en silencio y brillaba débilmente envuelto en las tinieblas.
K pensó si no debería alejarse deprisa, o lo hacía ahora o ya no tendría otra oportunidad, debería permanecer allí durante todo el sermón; en la oficina había perdido tanto tiempo; ya no estaba obligado a esperar más al italiano.Miró su reloj, eran las once. Pero, ¿realmente se iba a pronunciar un sermón? ¿Podía K representar a toda la comunidad de fieles? ¿Y si fuese un extranjero que sólo pretendía visitar la iglesia? En el fondo así era. Era absurdo pensar que se podía pronunciar un sermón, ahora, a las once de la mañana, en un día laborable y con un tiempo tan horrible. El sacerdote ––se trataba sin duda de unsacerdote, un hombre joven con el rostro liso y oscuro–– parecía subir a apagar la lampara, que alguien había encendido por error.
Pero no fue así. El sacerdote, en realidad, examinó la luz, la ajustó y se dio la vuelta lentamente hacia el pretil, apoyándose en él con las dos manos. Así permaneció un rato y miró, sin mover la cabeza, a su alrededor. K había retrocedido un trecho y se...
Leer documento completo

Regístrate para leer el documento completo.

Conviértase en miembro formal de Buenas Tareas

INSCRÍBETE - ES GRATIS