TEMPLE


Cuando todo parecía perfecto, tenía que surgir el comentario de mal gusto, Como era Costumbre y casi una tradición de Mrs. Belleford.
-Querida ¿No Extrañas A tu Esposo?
La pregunta había provocado un gran silencio, todas en la sala quedaron sin habla, Mrs. Bellorford no parecía avergonzada sin en cambio sí muy inquieta por escuchar la respuesta.
Era muy incómoda la situación, el solotener todas las miradas sobre ella, tener que formular de la forma más correcta y adecuada de contestar, cuando lo único que pasaba por su cabeza eran los recuerdos de su amor. De forma impulsiva levanto de la mesa y Camino directo la puerta sin evocar disculpas. Se colocó su abrigo Y sin importarle que la lluvia mojara su cabello Cruzo la calle.
Tantos recuerdos atormentaban su memoria, prontosu cabeza revivía situaciones poco agradables, sabía que si no eran controladas sería cuestión de tiempo para que las lágrimas recorrieran sus mejillas. Al llegar al otro extremo del parque, se acercó a la acera y pidió un taxi.
-Calle Allerton #7, por favor.
Pensó; Tal vez No era intención de Mrs.Belleford querer hacerla sentir mal, finalmente ellas no tenía la culpa del accidente, dentrode ella por un momento todo había cesado, lo único que se repetía era lo mal que había quedado y de cómo sus acciones habían perjudicado visiblemente su imagen, y era más que obvio que ellas no serían para nada comprensivas, como era de esperarse en estos momentos el tema de conversación seria ella.
Bajo del taxi, Y Toco a la puerta lo más fuerte que pudo, no quería seguir mojándose…
-Emily¿Podrías llevarme la cena a la cama?
-Deacuerdo, Mrs. Wells.


Estaba lo suficientemente cansada, se recostó en la cama. No tenía el humor suficiente, que había de diferencia entre comer en su alcoba o el comedor si de todas formas cenaría sola. No tenía ganas de escuchar disculpas, y así justamente era tan solo cuestión de tiempo para que el teléfono sonara y se retractara de su comentario,no porque de verdad lo sintiera si no porque su interés persistía por escuchar la respuesta. Mrs. Belleford era una persona arrogante que disfrazaba su liante comportamiento con uno recatado.
Mrs. Wells seguía preguntándose la razón por la cual las frecuentaba aun, cada salida a tomar el té se convertía en una serie de prejuicios que de forma directa o indirecta recaían en ella, no era unasituación que debería soportar del todo. Ellas no eran sus amigas, el único lazo que las unían eran los intereses políticos de sus acaudalados esposos, pero Mr. Wells estaba muerto, ¿entonces cuál es la razón por la cual frecuentarlas?, claro su soledad. De esta suerte lo más sano era dejar de hacerlo, finalmente Marie Wells Seguía siendo una mujer Joven, Cualquiera que la viera lo sabría, Nopensarían que es una viuda, Era una mujer alta con cabellos Rubios y Bastante hermosa con una vida por delante eso es lo que la gran mayoría pensarían en caso de no conocerla, pero todo era de un orden distinto ella no estaba interesada en lo más mínimo en complacer esa idea, no quería otra vida.
Había tenido una y para su mala suerte había concluido lo bastante rápido, no era por que todoestuviera perdido solo que para ella, solo que su interés y el deseo se habían esfumado; su amado ya no estaba. Él semblante que tenía reflejaba tristeza y cierta indiferencia, pero no dejaba de ser mujer y presentarse como tal, Digna y Siempre recta, dejaba la nostalgia para sus ratos a solas. Estaba completamente avergonzada de que esta tarde no se haya sabido comportar y que sus sentimientosalieran a flote. Era una mujer influyente y de las que ensalzaban su belleza en cada fiesta, No por nada era la esposa del presidente.



-Querida ¿Estas lista? Llegaremos tarde.
-Aguarda, ¿podrías venir un segundo? Exclamaba mientras se colocaba los pendientes. John cruzo la puerta y terminando de colocarse la corbata. Dijo
-Te vez hermosa.
-¿Te gusta? Haciendo referencia a su apariencia....