Templo Expiatorio
I. Un reto crucial
II. La Iglesia propone una respuesta: La via pulchritudinis
II.1 Aceptar el reto.
II.2 ¿En qué modo la via pulchritudinis puede ser una respuesta?
II.3 La via pulchritudinis, vía hacia la Verdad y la Bondad.
III. Las vías de la belleza
III.1 La belleza de la creación.
A) La admiración ante la belleza de la creación.
B) De la creación a la re-creación.C) La creación, utilizada e idolatrada.
Proposiciones pastorales.
III.2 La belleza de las artes.
A) La belleza suscitada por la fe.
B) Aprender a acoger esta belleza.
C) El arte sacro, instrumento de evangelización y catequesis.
Proposiciones pastorales.
III.3 La belleza de Cristo, modelo y prototipo de la santidad cristiana.
A) En camino hacia la belleza de Cristo.
B) La bellezaluminosa de Cristo y su reflejo en la santidad cristiana.
C) La belleza de la liturgia
Proposiciones pastorales.
Conclusión
Introducción
El tema de la Asamblea plenaria 2006 del Consejo Pontifical de la Cultura se inscribe en su misión de ayudar a la Iglesia a transmitir la fe en Cristo por medio de una pastoral que responde a los retos de la cultura contemporánea, en especial a laindiferencia religiosa y la no-creencia (Motu propio Inde a Pontificatus) y por medio de proyectos y propuestas concretas se desea ayudar a los pastores a seguir La Vía pulchritudinis como camino de evangelización de las culturas y de diálogo con los no-creyentes, a conducir hacia Cristo que es "el camino, a la verdad y la vida" (Jn 14, 6).
I. UN RETO CRUCIAL
La penúltima reunión plenariadel Dicasterio en 2002 que tenía como tema "Transmitir la fe en el corazón de las culturas - novo millennio ineunte" (1), y la siguiente en 2004 sobre "La fe cristiana al comienzo del nuevo milenio y el reto de la no-creencia y de la indiferencia religiosa" (2), han subrayado la urgencia de un nuevo esfuerzo apostólico de la Iglesia, para evangelizar las culturas por medio de una enculturaciónefectiva de del evangelio.
La cultura impregnada de una visión materialista y atea, característica de sociedades secularizadas, suscita un real alejamiento y a veces una inculpación contra la religión, particularmente el cristianismo, y especialmente suscita algo como nuevo anti-catolicismo (3). Muchos viven como si Dios no existiese (Etsi Deus non daretur), como si su presencia ni su palabra podríaninfluenciar de manera alguna la vida concreta de las personas y de la sociedad es. Sienten la dificultad de afirmar claramente su pertenencia religiosa: esta tendría relevancia sólo en el ambiente estrictamente privado. La experiencia religiosa, en consecuencia, está disociada muchas veces de una clara pertenencia a una institución eclesial: algunos creen sin pertenecer, mientras que otrospertenecen sin dar signos visibles de su fe.
El fenómeno de la nueva religiosidad y de las espiritualidades emergentes que se están expandiendo en el mundo, se presenta como un gran reto para una nueva evangelización: Ellas pretenden responder mejor que la Iglesia – o, en todo caso, mejor que las formas religiosas tradicionales – a las expectativas espirituales, emocionales y psicológicas de nuestroscontemporáneos, y a través de ritos sincretista y prácticas esotéricas tocan directamente la emoción es de las personas en una dinámica comunitaria seudo-religiosa que frecuentemente asfixia y hasta priva de la libertad y de la dignidad.
Si en ciertos países de antigua cristiandad los cristianos practicantes no constituyen ya, como en el pasado reciente, la mayoría de la populación, con todo,siguen siendo una fuerza viva, capaz de testimoniar con discernimiento y coraje en medio del corazón de una cultura neopagana. Las Jornadas mundiales de la Juventud, las grandes reuniones de los Congresos eucarísticos, los santuarios de la virgen María, la multiplicación de lugares de renovación espiritual, la creciente demanda de un tiempo de silencio en las casas de hospedaje de los monasterios,...
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