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La locura del encierro

Llevaba mucho tiempo soportando el frio del invierno, mis sentidos ya no diferenciaban si era de día o de noche porque el cuarto donde me encontraba esta totalmente oscuro, quizás sea martes pero parece más lunes, las cobijas son más pesadas los días lunes, seguro es lunes.
El crujido de mi estómago interrumpió con facilidad el silencio, llevaba días sin comer,esperando que llegara alguien, esperando el momento. De repente entra algo en la habitación, se detiene justo en la entrada, parece una persona, se escucha como toca con cuidado la pared buscando el interruptor de la luz, se enciende un bombillo viejo que tintinea y algo saca de su bolsillo, el sonido de unas cadenas se sacuden por la habitación, aunque yo sin poder ver por las cobijas pude sentircuando el sujeto realizaba una sonrisa, y al segundo, ya me había quitado todas las cobijas, con facilidad me tapo toda la cabeza con una camisa sucia, el olor concentrado de sudor hicieron que casi vomitase lo poco que tenía en mi estómago pero lo único que logre fue hacer unas cuantas caras y sonidos de asco. La persona agarro con fuerza mi brazo izquierda, sentí como me jalo fuera de la habitación,al rato se escucha que alguien llega, se susurran algo entre dientes que no logro entender bien, luego alguno de los dos me ata con agilidad mis manos.
No recuerdo bien que tanto camine pero parecía un corredor demasiado extenso, se lograba escuchar con claridad cada paso que daba, los cuales contaba para no perderme, 1, 2, 3, 4, 5, 6… justo cuando llegue más allá de los 500 pasos los sujetos sedetuvieron y abrieron una puerta, la cual parecía echa de algo muy grueso por el sonido que hizo al abrirse, mis manos fueron desatadas y me tiraron en medio de esa habitación sin pensarlo. Sentir el frio y duro cemento del piso, revivió en mí un recuerdo de mi infancia, cuando estaba con mi madre en los días de lluvia, ella siempre me dejaba la cobija más cálida, lo que me parecía algo raro eraque cuando ella me daba caricias en la mejilla (como era de costumbre) sus manos siempre eran frías, tenía unos guantes que estaban a medio tejer de color azul, los cuales nunca se los quitaba a menos de que fuera la hora de dormir.
En el corredor extenso se empezaron a oír gritos de una persona, su intensidad se notaba cada vez más cerca, los pasos se hicieron más fuertes al igual que los gritosy de un gran golpe se abrió la puerta, entro todo el grito de lo parecía ser una mujer diciendo “¡por favor no me hagan esto, por favor!“ repetía varias veces la asustada muchacha, los sujetos solo se rieron, como muestra burla uno de ellos escupió dentro de la habitación, la babosa sustancia salpico a mi lado por supuesto intente alejarme rápidamente, pero lo único que conseguí fue untarme dealgo muy viscoso, lo más me retorcía era que estaba muy cálido, esa sensación hizo que esta vez sí vomitara todo lo que no sabía que tenía en mi estómago, me sentía miserable, no tardo nada en que el olor de mi vomito se esparciera por todo mi encierro, la muchacha no paraba de llorar y un dolor intenso en la cabeza empezó a marear, intentaba tranquilizar hablándole pero ella me ignoraba y seguíallorando, la verdad yo no quería ser grosera, pero en mi interior mis labios saboreaba una palabra, y al poco tiempo empecé susurrarlo, “cállate, cállate, cállate, cállate “ no me di cuenta cuando lo empecé a gritar, sabía que era la única persona que ahora estaba interrumpiendo el silencio, aun así sabiéndolo seguía gritándole, me sentía no solo adolorida, si no furibunda y quería descargar mi iraen ella sin tener un porque.
Paso un buen rato para lograr calmarme, decidí apoyar de nuevo mi cabeza en el frio cemento, trate de hablarle a la chica otra vez pero seguía ignorándome, me estaba frustrando por esto. Cerré mis ojos he intente imaginar de nuevo el mundo de afuera.
-Le hablaba a la chica a pesar de que ella me ignoraba – los rumores de una aldea lejana hablaban de estos...