Teología
San Basilio
(330-379)
HOMILIA CONTRA LOS RICOS
(M. G., 31, 277-304)
Apego a las riquezas y falta de caridad del joven rico
1. Hemos hablado poco ha del joven (Mt 19, 16 y sigs.), que interrogó al Señor, y cualquier oyente cuidadoso recuerda lo que entonces discutimos. Primero, que no es el mismo que el doctor de la ley de que hace mención Lucas (Luc. 10,25 y sig.) Éste, en efecto, era tentador y hace preguntas capciosas; el otro, empero, oye con buena intención, pero no recibe obedientemente lo que se le dice. Y es así que, de haber interrogado al Señor con desprecio, no se hubiera retirado triste por las respuestas de modo que pareciera, por decirlo así, mixto, pues, por una parte, nos lo presenta el Evangelio como digno de loa; por otra, comoreprensible y sin remedio. Y es así que reconocer al maestro verdadero y dejando la arrogancia de los fariseos y la petulancia de los doctores de la ley y la hinchazón dc los estribas, y dar ese nombre al solo verdadero maestro, cosa era digna de loa. Además, aparecer cómo solícito sobre cómo alcanzar la vida eterna, también merece toda aprobación.
Pero luego se pone de manifiesto toda suintención, que no buscaba lo de verdad bueno, sino lo que pudiera agradar al vulgo, pues habiendo aprendido del verdadero maestro enseñanzas saludables, no las grabó en su corazón, no se decidió a poner por obra lo aprendido, sino que, ensombrecido por la pasión de la avaricia, se retiró triste de la presencia del Señor. Y esto demuestra lo desigual de su carácter y el íntimo desconcierto consigomismo. ¿Llamas maestro al Señor y no te portas tú como discípulo? Lo confiesas bueno, ¿y no aceptas sus dones? Pues cosa evidente es que quien es bueno, cosas buenas tiene que dar. Interrogas desde luego acerca de la vida eterna, pero demuestras estar enteramente atado a los goces de la vida presente.
¿Y qué palabra difícil, pesada y extraordinaria te ha propuesto el Maestro? “Vende todo lo quetienes y dalo a los pobres” (Mt, 19, 21). Si te hubiera propuesto los trabajos de la agricultura, los peligros de la mercadería o cualesquiera molestias que son gajes de los que buscan el negocio, fuera bien que, al no soportar el mandato, te sintieras triste. Mas cuando por camino tan fácil, que no ofrece trabajo ni sudor alguno, te promete hacerte heredero de la vida eterna, ¿no te alegraspor lo fácil que se te hace la salvación, sino que te vas triste, con pena y dolor en tu alma, e inutilizas cuanto anteriormente has trabajado?
Y es así que si, como dices, no has matado, ni has cometido adulterio, ni has robado, ni levantado falso testimonio contra nadie, todo el esfuerzo que en todo has puesto queda inutilizado al no añadir lo que falta, aquello justamente que te haría entraren el reino de Dios. Si un médico te prometiera enderezarte los miembros que tienes torcidos por naturaleza o por enfermedad, ¿no te alegrarías al oírlo? Y ahora que el gran médico de las almas quiere hacerte perfecto, pues te falta lo principal, ¿no aceptas su gracia, sino que te pones triste y cariacontecido? A la verdad, es evidente que estás muy lejos de aquel mandamiento que falsamenteafirmaste haber cumplido, haber amado al prójimo como a ti mismo. Lo que el Señor te manda demuestra que te falta infinito para llegar a la verdadera caridad.
Y es así que, de ser verdad lo que afirmaste, haber guardado desde tu juventud el precepto de la caridad y que diste tanto a cada uno como a ti mismo, ¿de dónde te viene esa abundancia de riquezas? Porque el cuidado de los menesterosos, cosapropia es para consumir las riquezas, dado caso que uno se reserve para sí mismo lo necesario, y todos a una distribuyan las riquezas y las gasten en ci cuidado de los pobres. De suerte que quien ama al prójimo como a sí mismo, nada posee más que su prójimo. Ahora bien, consta que tú posees muchas riquezas. ¿De dónde te vienen? Evidentemente, de que has preferido gozar tú solo de ellas, que no...
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