Teologia del Cuerpo 3
Notapor Ana Cecilia Margalef » Lun Abr 30, 2012 9:54 pm
Mario Pezzi
Así pues, este pecado de los orígenes constituye, en la historia de la humanidad, una especie de cataclismo ontológico cuya importancia no podemos minimizar sin incurrir en peligro para la fe e incluso sin exponernos a no comprender al hombre en lo que es en sí mismo. Sinembargo, se -constata una especie de encarnizamiento en trivializarlo, en falsificarlo y hasta en ridiculizarlo[1].
El pecado original
Es interesante señalar que, después de las 130 audiencias de los miércoles dedicadas a la "Teología del cuerpo", Juan Pablo II consagró las audiencias de los dos años siguientes a un comentario sistemático de las verdades del Credo; y más tarde, inmediatamentedespués, desde agosto a diciembre de 1986, consagró 13 audiencias a la cuestión del pecado original. De este modo, manifiesta que el pecado original constituye una clave para la comprensión de la "Teología del cuerpo" y todo el Credo a la vez, sin la cual capítulos enteros de la fe y de la razón caen por sí mismos.
Juan Pablo II afirma aún en sus catequesis consagradas al pecado original:“EI misterio de la redención está en su misma raíz, unido de hecho con la realidad del pecado del hombre. Por eso, al explicar con una catequesis sistemática los artículos de los Símbolos que hablan de Jesucristo, en el cual y por el cual Dios ha obrado la salvación, debemos afrontar, ante todo, el tema del pecado, esa realidad oscura difundida en el mundo creado por Dios, la cual constituye la raízde todo el mal que hay en el hombre... La historia de la salvación presupone ´de facto´ la existencia del pecado en la historia de la humanidad creada por Dios. La salvación, de la que habla la divina Revelación, es ante todo la liberación de ese mal que es el pecado. Es ésta una verdad central en la soteriología cristiana: propter nos homines et propter salutem descendit de coelis ["por nosotroslos hombres y por nuestra salvación bajó del cielo"]»[2].
¿Cuál es, entonces la esencia del pecado original? Precisa Juan Pablo II:
«Tal como aparece en el relato bíblico, el pecado humano no tiene su origen primero en el corazón (en la conciencia) del hombre, no brota de una iniciativa espontánea del hombre. Es, en cierto sentido, el reflejo y la consecuencia del pecado ocurrido yaanteriormente en el mundo de los seres invisibles. A este mundo pertenece el tentador, ´la serpiente antigua´. Ya antes (´antiguamente´) estos seres dotados de conciencia y de libertad habían sido ´probados´ para que optaran de acuerdo con su naturaleza puramente espiritual. En ellos había surgido la ´duda´ que, como dice el tercer capítulo del Génesis, inyecta el tentador en los primeros padres. Yaantes, aquellos seres habían sospechado y habían acusado a Dios, que, en cuanto Creador es la sola fuente de la donación del bien a todas las criaturas y, especialmente, a las criaturas espirituales. Habían contestado la verdad de la existencia, que exige la subordinación total de la criatura al Creador. Esta verdad había sido suplantada por una soberbia originaria, que los había conducido a hacer desu propio espíritu el principio y la regla de la libertad. Ellos habían sido los primeros en pretender poder ´ser conocedores del bien y del mal como Dios´, y se habían elegido a sí mismos en contra de Dios, en lugar de elegirse a sí mismos ´en Dios´, según las exigencias de su ser de criaturas: porque, ´¿Quién como Dios?´. Y el hombre, al ceder a la sugerencia del tentador, se hizo secuaz ycómplice de los espíritus rebeldes»[3].
Esta ruptura, esta "caída original" es, por consiguiente, una verdadera catástrofe, un cataclismo ontológico monumental -las palabras no son demasiado fuertes-. Este pecado, que trae consigo la ruptura de la comunión del hombre con Dios, le ha hecho perder el beneficio de todos los "dones" que permitían esta comunión. El hombre ha perdido así su dominium...
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