teologia
Por: D. MARTYN LLOYD-JONES – 1898-1981.
Porque para mí el vivir es Cristo. – Filipenses 1:21.
Estamos cara a cara frente a una de las declaraciones más grandiosas y sublimes que jamás se hayan hecho, incluso por este poderoso Apóstol de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Existe un sentido en el cual, cualquiera que mira éste verso, debe sentirse paradosobre una tierra sagrada. En efecto, estoy dispuesto a admitir que sería un sacrilegio acercarse a éste verso de una manera indigna. Aquí tenemos no solamente una declaración de una experiencia que fue cierta, un hecho y una realidad, sino que al mismo tiempo, y por ésa razón, nos encontramos a nosotros mismos cara a cara con un modelo de juicio. Cualquier experiencia dada por Dios es sagrada, y nadaestá más alejado del Espíritu del Nuevo Testamento que un acercamiento a una declaración como ésta en una manera puramente objetiva, manejándolo con nuestras ásperas manos, llevando nuestro aparato crítico a soportarlo. Existe algo tan sublime acerca de esto, tan delicado y puro, que es como uno de ésos versos en los que somos confrontados con una clase de dilema. Por una parte, uno tiene miedode manejarlo de una manera separada, llamada aún “manera científica”, por otro lado, por supuesto, existe el peligro de que, si no lo analizamos punto a punto, fallemos en darnos cuenta de su significado interno y su propósito verdadero. Uno es obligado a hacer ambos para analizarlo e intentar entenderlo, mientras siempre recordemos que es una experiencia de vida y una declaración de un hecho quenos coloca bajo un juicio.
Ahora Pablo, como hemos visto, está confortando a los Filipenses, quienes estaban preocupados por él. Les dijo cómo su encarcelamiento se había tornado “más bien para el progreso del evangelio”, y añadió, ustedes recuerdan que era su anhelo ardiente y esperanza, “que en nada seré avergonzado, sino que con toda confianza, como siempre, ahora también Cristo serámagnificado en mi cuerpo, ya sea por vida, o por muerte”. Ése es el fondo de la declaración. Pablo quiere decir que en la medida de lo que a él concierne, carece de importancia que él sea puesto para muerte, o para seguir viviendo. Las dos posibilidades existen, y él no sabe por cuál de ellas elegir, porque, él dice, cualquiera es buena. Él no se está preocupado, y ellos necesitan no estarlo, para que,“para mí el vivir sea Cristo y el morir ganancia”. Y luego el procede a trabajarlo un poco más allá, al decir que si tuviera que expresar su preferencia personal, él partiría, sin embargo por amor de ellos sería mejor quedarse. En este punto, no obstante, nos estamos refiriendo a ésta declaración en particular que el Apóstol hizo respecto a la vida y su significado.
En ésas palabras, sin duda algunasomos llevados cara a cara con las preguntas más importantes con las que nos podemos enfrentar – ¿Qué es la vida?, ¿Qué es vivir?, ¿Qué significado tiene para nosotros?, ¿De qué se trata?, ¿No es una de las mayores tragedias, de hecho, que en medio de todas nuestras preocupaciones en la vida, en medio de toda nuestra actividad intelectual, todas nuestras discusiones, la única cosa a la que loshombres y mujeres nunca le presten la atención debida, es la primera y más obvia de todas, llamada vida y vivir?. No es sólo una de las preguntas más importantes, pero quiero añadir un punto (y esto, de hecho, es especialmente el tema central de éste estudio) en el que estemos enfrentándonos cara a cara con la prueba más completa que podamos encontrar en nuestra profesión de fe Cristiana. Por supuesto,ésta es una palabra más o menos sin sentido para alguien que no sea un cristiano. Está hablando especialmente a aquéllos proclaman ser cristianos, y es por ello que estoy muy ansioso por no tratar éste tema de una manera objetiva.
Lo atractivo en éste punto, por supuesto, es observarlo en la experiencia de Pablo, pero, mis queridos amigos, estamos hablando acerca de nosotros mismos, no...
Regístrate para leer el documento completo.