Teologia
VIVES Josep
“La palabra ‘Dios' es la más vilipendiada de todas las palabras humanas. Ninguna otra está tan manchada ni tan dilacerada. Las generaciones humanas han cargado el peso de su vida angustiada sobre esta palabra y la han dejado por los suelos; yace en el polvo y sostiene el peso de todas ellas. Las generaciones humanas, con susdisensiones religiosas, han matado y se han dejado matar por esta palabra, que lleva sus huellas dactilares y su sangre. Los hombres dibujan un monigote y escriben debajo la palabra ‘Dios’” (M.Buber, Eclipse de Dios, Buenos aires 1970, p.13)
Dios, o es Dios de todos o no es Dios
La guerra del Golfo Pérsico puede habernos ayudado por lo menos a constatar la profunda verdad de estas consideracionesdel judío Martín buber y la tremenda necesidad de respetar el antiguo mandamiento: “no tomarás el nombre de Dios en vano”. Todos recordamos las testiculaciones, igual treatrales, de Saddam Hussein, por una parte, lanzándose a la guerra seguro de vencer, porque Alá estaba con los suyos y contra los “infieles, y de G. Bush, por otra, invitando a los americanos a un día de oración para obtener laprotección de su “God” en una guerra necesaria para poder seguir manteniendo el ”american way of life”. ¡Pobre Dios, si tuviera que atender todas las súplicas de sus supuestos adoradores...!
Lo que sucede es que parecen ser muy pocos los resueltos a adorar al Dios de verdad, al único Dios que hay y que puede haber. Cada uno se hace “su” Dios a la medida de sus intereses; se imagina al Dios que leconviene, y a esa ficción imaginaria le atribuye realidad y objetividad, para poder así rendirle un culto que es realmente un culto a los propios intereses. Y como los propios intereses suelen acabar casi siempre en conflicto con los intereses de los demás –cuando no comienzan ya simplemente con ello-, cada uno finge su Dios como protector de sus intereses y contra los intereses de los otros.Y, sin embargo, si hay alguna cosa que la teología puede decir sin vacilaciones sobre Dios –ya que al hablar de Dios deberíamos sentirnos siempre sobrecogidos de temer y de temblor-, es que Dios, o es realmente el Dios de todos o no es Dios. Podríamos decir que tenemos aquí un criterio seguro y simple para discernir las ideas o imágenes falsas de Dios de la verdadera y auténtica. Un Dios que nopueda ser realmente Dios de todos los hombre –rico y pobres, desarrollados y subdesarrollados, blancos, negros y amarillos- no puede ser el auténtico Dios. El que postulamos como primer fundamento, o último fin, o plenitud de sentido, no podría tener el carácter absoluto y totalizante que se le ha de suponer si sólo es fundamento, fin o sentido para algunos y no para los demás. Podremos quizápensar que Dios puede tener un designio especial o una vocación particular par con individuos o pueblos históricos concretos –como pensaba el antiguo pueblo de Israel y como han pensado muchos hombres que han sentido una vocación singular-; pero esas vocaciones particulares han de estar dentro de un designio universal para todos, porque Dios, o es Dios de todos o no es Dios. Así nos lo enseña lafórmula básica de la oración cristiana, que comienza diciendo “Padre nuestro” –de todos, no “mío” o “tuyo”- y sigue pidiendo que venga su reino y se haga su voluntad “así en la tierra como en el cielo”, con una plenitud y totalidad sin excepciones ni exclusiones. El primer criterio, pues, de la auténtica idea de Dios podría ser el de su universalidad. Podríamos expresarlo plagiando aquel famosoimperativo universal de la ética kantiana: cree de tal manera que tu Dios pueda ser considerado efectivamente Dios por todos los hombres (y añadamos todavía.. (Especialmente por los que yo más tiendo a utilizar o despreciar).
Dejar que Dios sea Dios
El segundo criterio es semejante: se trata de dejar que Dios sea Dios. Muchos que decimos creer en Dios, en realidad casi nunca dejamos que Dios sea...
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