Teología Educacional

VISION CRISTIANA DE LA PERSONA.

Se trata aquí de fundar el puesto central de la persona en la educación, desde la razón iluminada por la revelación divina, aunque otras ciencias y la filosofía enfrentan también el asunto desde su respectivo objeto formal. Después interesa presentar los aspectos básicos de la persona humana entendida según la fe cristiana, que han de tenerse en cuenta en unaeducación completa.

Con el fin de hacer más simple y unitaria esta exposición de antropología teológica, se integra esta vez el aporte bíblico y tradicional con el del Magisterio eclesial y con la reflexión actual, a diferencia de otros capítulos en que esos aportes llevan párrafos separados.

3.1 El sujeto de la educación es persona.

Ante la fe cristiana, el sujeto de la educación es lapersona del varón o de la mujer en cualquier etapa de su vida. Una persona vale más que todo el mundo material (ver Mc 8, 36s). El crecimiento humano comienza con la gestación y el perfeccionamiento cristiano empieza con la infusión de la gracia, que puede ocurrir aun antes del nacimiento (ver Lc 1, 44), por ejemplo, cuando se administra el bautismo sin nacimiento normal. Sólo termina con la muerte.En consecuencia la Iglesia ha de ofrecer e históricamente ha ofrecido procesos educativos y santificantes para personas de diferentes sexos, edades y situaciones.

Con el fin de fundamentar racionalmente su posición al dialogar con diversas concepciones del hombre sostenidas por personas no creyentes o de otras religiones, el cristiano educador necesita una seria antropología filosófica1.

Sepuede unir, distinguiéndolas claramente, la antropología filosófica y la antropología teológica2. Por ejemplo, para San Agustín el centro de la preocupación educativa es el ser humano que, a diferencia de otros animales, vive, sabe que vive, por qué vive y para qué vive3. Tiene una capacidad de búsqueda y de llegar a ser más, cumplida en la medida en que se comprende mejor a sí mismo, con ayudadel Verbo que lo ilumina desde dentro, porque «aquel sol escondido irradia claridad en nuestros ojos interiores»4. En su interior reside su capacidad de trascenderse, por lo cual el Hiponense aconseja:

«No quieras derramarle fuera; entra dentro de ti mismo, porque en el hombre interior reside la verdad; y si hallares que tu naturaleza es mudable, trasciéndele a ti mismo, mas no olvides que, alremontarte sobre las cimas de tu ser, te elevas sobre tu alma, dotada de razón. Encamina, pues, tus pasos allí donde la luz de la razón se enciende»5.

Al entrar en la subjetividad de la persona, se abre un camino al descubrimiento de su espiritualidad que la asemeja y la pone en contacto con Dios allí actuante.

La reflexión cristiana de la educación, al estudiar al ser humano, se adentra enel papel de Dios en ella, porque no se entiende al ser humano con su pleno compromiso terrenal sin su misteriosa relación con Dios obrando en él. Afirma el Concilio Vaticano II:

«La verdadera educación se propone la formación de la persona humana en orden a su fin último y al bien de las sociedades de las que el hombre es miembro y en cuyas responsabilidades participará cuando llegue a seradulto»6.

El ser humano con su apertura a Dios está en el centro del tema educativo, como lo defiende la Iglesia frente a su silenciamiento por una pretensa educación neutra:

«Se quiere olvidar que la educación presupone y comporta siempre una determinada concepción del hombre y de la vida. La pretendida neutralidad de la escuela conlleva, las más de las veces, la práctica desaparición, del campode la cultura y de la educación, de la referencia religiosa. Un correcto planteamiento pedagógico está llamado, por el contrario, a situarse en el campo más decisivo de los fines, a ocuparse no sólo del “cómo”, sino también del “porqué” a superar el equívoco de una educación aséptica, a devolver al proceso educativo aquella unidad que impide la dispersión por las varias ramas del saber y del...