Teopsicosociologia

«Psicología y espiritualidad»
Unidad inseparable













Sociólogo, psicoterapeuta y teólogo, Enrique Martínez Lozano es un efectivo conferencista y animador de encuentros con el don de articular psicología y espiritualidad de modo sencillo y eficaz. Es autor de varios libros, entre ellos; El gozo de ser persona, Nuestra cara oculta y, el más reciente, Vivir lo que somos, queha agotado, en veinte días, su primera edición. Para él psicología y espiritualidad «son dos dimensiones complementarias en la persona humana; son como dos carreteras de una misma avenida». Dice que «si queremos caminar bien y llegar a alguna meta, se hace necesario circular por ambos caminos al mismo tiempo» pues «la espiritualidad sin la psicología está coja y la psicología sin laespiritualidad queda ciega».

-¿Cómo se pueden relacionar dos conceptos tan poco amistosos? -Desde sus comienzos, las ciencias de la conducta, nacidas en un contexto ilustrado, marcado por el positivismo científico, eran propensas a descalificar lo religioso como ilusorio. La Iglesia, por su parte, era reacia a dejarse cuestionar incluso en sus formas más problemáticas. El diálogo se hizo imposible, lo quegeneró un empobrecimiento de ambas y de las personas en general. Esto se ha superado en la actualidad, desde una perspectiva integradora.

-¿Esa integración sólo se produce con la llegada de una nueva psicología? -Sí, ya que en realidad todos los grandes maestros espirituales como Jesús, Buda, Ghandi y otros, han sido grandes psicólogos, si los entendemos como conocedores del interior humano,que han sabido acompañar a los hombres y a las mujeres por los caminos profundos de su ser. Y eso tiene una explicación sencilla: todo maestro espiritual ha realizado un largo camino interior en su propio yo, de combates, dudas, aceptaciones y profundización, que han hecho de él alguien diestro en el conocimiento del ser humano y de sus modos de funcionar.

-Su último libro va viento en popa.¿Qué pretende con él? -Ayudar a vivir. Con mis luces y mis sombras, mis cualidades y mis defectos, mis aciertos y mis errores, hace tiempo que hice de ello el objetivo de mi vida en la cotidianidad de mis relaciones personales, laborales, familiares y sociales.

-Pero, ¿cómo ayudar a vivir?, ¿qué hay que tener en cuenta? -Puede decirse que las personas somos una triple relación: con la Divinidad(la dimensión oculta de la realidad), conmigo mismo y con los otros (la naturaleza incluida). Se trata de aprender a vivir cada una de ellas. En concreto, vivir el presente, en lugar de escapar de mí; se trata de existir a profundidad o en el Espíritu, en lugar de sobrevivir o vegetar en la superficie. Es caminar en fraternidad y alteridad, en lugar de ahogarme en el narcisismo.

-¿Por qué indicacuatro actitudes en el subtítulo de su libro? -Ya cité las tres primeras. Pero queda una cuarta, absolutamente fundamental: cómo vivir constructivamente las situaciones límite que nos hacen sufrir. La debilidad, la muerte y el dolor son lotes que nos acompañan desde que nacemos. Lo decisivo no son las crisis en sí, sino el modo en que las manejemos. De eso dependerá que un mismo sufrimiento noshunda o nos haga crecer y desarrollarnos como personas humanas.

- ¡Curiosamente, su obra acaba con un epílogo dedicado a los niños! -Es que no podía dejar de llamar la atención sobre la importancia de la educación para ayudar a vivir. Busco subrayar elementos a tener en cuenta, si queremos formar a los niños y a los jóvenes en valores espirituales, para evitar dos trampas bien claras: la de unareligión doctrinaria, preocupada en repetir conceptos heredados, y la de una cultura de la muerte estrecha, preocupada sólo por el tener, la vanidad y el consumir.


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