Teorias de scokpol
Jesús Velasco Márquez. La Guerra del 47 y la opinión pública (1845-1848). Editorial SepSetentas. México D.F. 1975. P-51
La compra de la Luisiana, la adquisición de las Floridas yparticularmente las constantes ofertas y demandas de los ministros norteamericanos en México para que se vendieran los territorios de Texas y California, eran hechos que hablaban por sí mismos.
Jesús Velasco Márquez. La Guerra del 47 y la opinión pública (1845-1848). Editorial SepSetentas. México D.F. 1975. P-51
Respecto a los medios que los norteamericanos habrían de utilizar paraapoderarse del territorio mexicano, la historia de aquel país ofrecía ilimitados ejemplos. Uno había sido el desplazar (59), a través de injustas compras, de tratados que jamás se cumplían o bien de la guerra y el exterminio, a las poblaciones indígenas; usándolas, luego, “como ariete de los romanos” para abrir una brecha en las posesiones de sus vecinos[2]. Otro, el enviar una especie de vanguardiapolítica de colonos y comerciantes, como podía ejemplificarse en los casos de Texas y Nuevo México[3]. Otro más, creando conflictos internos en los territorios deseados y después atacarlos con el pretexto de que se ponía en riesgo la seguridad interior de los Estados Unidos; Florida era un perfecto ejemplo de esto[4]. Finalmente, se había hecho uso de la diplomacia para comprar territorios, oforzar a sus propietarios a venderlos. La Luisiana, las Floridas y las ofertas de Poinsett, Buttler, Shannon y Slidell, demostraban esto en plenitud[5]. En caso de que cualquiera de estos recursos fuera ineficiente, no había menor duda, el siguiente sería la guerra y la conquista. En el caso de las relaciones con México, los Estados Unidos habían hecho uso de todos estos medios, a excepción delúltimo. Pero sus “avisados y diestros” políticos estaban al acecho de las condiciones (60) favorables para aplicarlos, ya que los anteriores habían resultado en absolutos fracasos[6]. La guerra -decían los periodistas mexicanos- era buscada por el gobierno norteamericano para posesionarse de los territorios del norte de México. Pero su programa iba más allá, se deseaba fijar los l{imites de los EstadosUnidos en el itsmo de Tehuantepec, o bien “ ver su Capitolio en Panamá”- incluyendo, por supuesto, la isla de Cuba.[7]
Jesús Velasco Márquez. La Guerra del 47 y la opinión pública (1845-1848). Editorial SepSetentas. México D.F. 1975. Pp 59-61.
Ahora bien, los periodistas mexicanos de esos años no fueron tan ciegos como para ver en el expansionismo norteamericano la única fuente depeligro. Sabían que México, particularmente sus territorios norteños, ofrecían condiciones favorables para convertirse en las presas inmediatas de aquel. No sólo se tomaban en consideración, las razones de continuidad geográfica, sino que las riquezas y el caos interno de México se reputaban como factores determinantes. Mucho se ha dicho que los mexicanos valoraban su territorio no por la utilidad quede él obtenían, sino como un símbolo de dignidad o como un patrimonio que les había sido legado por sus ancestros; esto es cierto, pero sólo en parte.[8] Nuestros periodistas veían en la naturaleza física del país, tal vez, el único elemento positivo que entonces se poseía; México, según ellos, había sido dotado con “ un suelo feraz, un cielo bello y sereno, un clima suave”, con todos los...
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