Tercer compas
La otra noche no pude dormir antojadizo por el recital al cual asistiría al otro día; Fueron tres meses desesperantes en la espera infinita de aquel día ahora tan próximo. Elconcierto empezará a las nueve, aún así creo que mañana no iré al colegio.
La música es más importante para mí que ir a escuchar a un montón de vejestorios hablarme de que cosas sin importancia.Despierto, más agotado que nunca, pero con un baño y un poco de mi dosis diaria de música, el cuerpo se relaja.
Todavía siento esas melodías retumbando en mi cabeza, melodías que espero escuchar a las nueve.Tomo mi guitarra y me dispongo a tocar algo de Pearl Jam; sus melodías son increíbles, la música es increíble.
Creo que fue una buena elección darme este día de no colegio: fue bueno no escuchar ala profesora de matemáticas diciendo en voz fuerte ¡Yobanny no toque la batería!, siempre dice eso cuando uso mis lápices como baquetas contra el banco, o es bueno no escuchar que a alguien leperturben mis audífonos, mientras ellos se queman los sesos pensando en cuanto mide la altura de un triangulo inútil. No entienden de música.
La música esta en todas partes: calle, ciudad, campo, China yPerú, hasta en mi colegio. Cada detalle de la vida tiene su melodía, ¿Porque no entonces lo tendrían la historia o la biología?
Las matemáticas tienen melodías cuadradas y circulares, para alguiencomo yo; Terribles.
Me encanta la melodía del Lenguaje, me permite crear, soñar, interpretar. El lenguaje no es un compás con un tempo fijo, es una canción de muchos cambios. Me acomoda bastante elhecho de no tener que ligarme a las cosas existentes y quedarme en lo etéreo de las palabras.
¿A quien le importa que una pupila no pueda ser azul? Bécquer esta en el derecho de inventar lo que se lede la gana. Biología tiene una melodía que me recuerda las clases de matemáticas: pasos 1, paso 2, paso 3, solo secuencias de pasos, pero aún así logro distinguir entre la espesa niebla de glóbulos...
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