Terremoto Arequipa
Ocurrió un 13 de agosto a las 17:15 horas. 11 mercalli
EL TERREMOTO DE 1868
(EL GRAN TERREMOTO)
Habría sido el más fuerte que soportó Arequipa en toda su história.
Como todaslas mañanas de agosto, el Dia de San Hipolito habia soplado una ligera y difusa polvareda. El sol enseñoreandose, se reflejaba en el tierno follaje de los huertos como escamas de plata.
Serian aproximadamente las 5 y un cuarto de la tarde, cuando los chacareros concluian su jornada y retornaban a sus hogares, empezo a sentirse un ruido subterraneo acompañado de un ligero movimiento que solo laspersonas en reposo pudieron percibir. El ruido tenue, paulatinamente fue acentuandose, tornando en amenaza de movimiento. Pasaron, tal vez treinta segundos y el bamboleo de la tierra y de todo lo existente sobre ella adquirio una intensidad que obligaba a las personas a ponerse a salvo. Temblaba la tierra ya con ¡Tanta fuerza! Que comenzo a levantarse una gran polvareda, ya no era un temblor masde los que con mucha frecuencia mecen por aqui la naturaleza.
Se desplomaron los cuadros, crujian las mamparas las puertas y ventanas. Los alarmados habitantes veian desplomarse frisos, cornisas y paredes. La oscilacion de aquellos anchos muros arrojaban los sillares desprendidos como juguetes mortiferos. El rumor subterraneo era ya una tromba parecia que un rio de piedras habria su cause en elsubsuelo, mientras las personas corrian hacia las calles y de alli a las plazas.
Eran cincuenta mil voces que espantadas gritaban: ¡misericordia! se atropellaban, se abrazaban y seguian el vaiven del cataclismo. Tres minutos habrian transcurrido y el movimiento continuaba incrementando su fuerza...
¡MISERICORDIA SEÑOR! APLACA TU IRA Y TU RIGOR ¡DIOS MIO, PERDONA SI HE PECADO!
Eran lasfrases que lanzaban al espacio desesperados cientos de ciudadanos. Y la tierra seguia vibrando, al universo parecien agolparse todas las fuerzas y buscar estallar. El polvo y la ansiedad hacia dificil la respiracion. La angustia dejaba atonitos o convertia en desaforados a los tranquilos habitantes. Los caballos en estampida no obedecian a sus jinetes. Los perros labradan mirando al cielo. Los niñosclamaban por sus madres. Las madres clamaban por su Dios.
El desconcierto se transformaba en panico y el temblor en la ciudad parecia que no dejaba piedra sobre piedra, las antiguas callejuelas limpias y con aceras de sillares gastados se llenaban de escombros. se enterraban las acequias. Las campanas tañian por accion del movimiento. Las torres de las iglesias simulaban columpiarse asidas delfirmamento. Las bovedas caian con gran estrepito.
Habrian transcurrido ya 5 minutos y aun la tierra temblaba amenazante, imitando el agua en movimiento al hervir en una gran caldera. Paulatinamente fue decreciendo el bamboleo y el ruido subterraneo fue reemplazado por los gemidos lastimeros, las suplicas, los llantos.
Fueron ocho minutos y parecia un siglo. las personas con aspectocadaverico, palidas con ojos desorbitados, empolvadas con los labios secos, buscan a gritos a los suyos en aquel desorden y al centro de la histeria colectiva se abrazan como reconociendose sobrevivientes. Entre llantos se encontraban los parientes y cuando fueron retomando su talante y sus colores, reconocian sus casas agrietadas entre el nuevo como desolador paisaje.
La ciudad a la que amabanrespetuosamente como a una madre anciana, esos muros que habian defendido de mil acechanzas y que en varias oportunidades se tiñeron de sangre, alli estaban derribados, como barricadas destruidas por el enemigo ignoto.
Alli estaban los afanes, los esfuerzos de miles de hombres que en generaciones construyeron lo que alli se presentaba como humildes escombros de un universo.
La tierra siguio...
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