Tertulia Médica No. 100. Cali, Enero 7, 2012. Director Adolfo Vera Delgado. .

La literatura como crimen perfecto
Por Óscar Domínguez G.

Un escritor francés definía a los poetas como esos mentirosos que siempre dicen la verdad. Un mentiroso de estos, está cumpliendo sus primeros 86 años (enero 10). Más que años, cumple poemas. O novelas. Escritas o leídas.
Hace tanto tiempo es joven el poeta vallecaucano Elmo Valencia que de él puede decirse que es anterior yposterior al nadaísmo.
Tal vez es el menos próspero económicamente de la cofradía. Por eso es el más feliz de todos lo que sobreviven a la cuerda locura que inventó – y derrumbó- el iluminado de Andes, Gonzaloarango.
Elmo, el Monje Loco, quien sacó un master en Lolitas por aquello de que a gato viejo ratón tierno, vive siempre con una sonrisa a flor de cachete. Como dicen en Las Vegas, el Vaticano deljuego, pago por verlo aburrido algún día. Esperanza inútil. Elmo no la deja caer.
De pronto me lo encuentro leyendo teatro en algún salón de la Biblioteca Luis Ángel Arango en el viejo barrio de La Candelaria bogotana. “¿Por qué será que la juventud no lee teatro,ve?”, se lamentó el Monje una vez que lo sorprendí con las manos en la masa de Moliére. ¿O sería Racine o Arrabal?
Un diciembre delos 86 que ha despachado, lo ví en la Galería La Cometa, de Bogotá, estrenando pinta de pie a cabeza, y con una inverosímil corbata amarilla, el color de la buena suerte. Celebraba con sus pares Jotamario y Eduardo Escobar alguna enésima resurrección de su movimiento telúrico literario.
Su último libro “Bodas sin oro, cincuenta años del dadaísmo”, de pasta dura, es furiosamente amarillo, el colorde la buena suerte. Por ese color se podría cometer asesinato, dijo alguien calumniando a Van Gogh.
En la última feria del libro de Bogotá (ver foto) era el único libro que Elmo vendía en su desnudo pabellón.
Estoy esperando que le den el Nobel de Literatura para que se valorice la dedicatoria que me puse en el libro (Taller de edición Rocca): “Para OD nadaísta de tiempo completo, aunqueúltimamente ha dejado de pagar las cuotas mensuales”.
No tiene ningún afán de ser famoso. Tampoco de ser best-seller. A él la vanidad se la pueden dar en plata.
Más que llenarse los bolsillos, al Monje le gusta que sus poemas o libros queden en buenas manos. Escribe para que sus amigos lo quieran más, siguiendo la receta del Nobel García Márquez.
Como va lejos, va despacio. No se morirá de estés, de escuatro, ni de ninguna yerba afín. Prefiere fumársela.
Antes se había dejado venir con otro libro, Cuentos nadaístas (Editorial Panamericana). La obra reúne los primeros cuentos escritos por Gonzaloarango, Elmo, Jotamario Arbeláez, Amílcar U., Eduardo Escobar, Jaime Espinel, Humberto Navarro, Rafael Vega y Jan Arb.
Elmo innovó para vender el libro y se convirtió en su propia agencia depublicidad. En un país donde se leen mil veces más avisos clasificados y obituarios que poemas, Elmo se dijo: Si la montaña no viene a mí yo voy a la montaña. Y él mismo, convertido en una librería con dos pies, entregó personalmente en persona sus libros a los clientes. Una receta para copiar, previo pago de derechos de autor porque no solo de versos viven los poetas.
Lea primero y pague después, es suconsigna. A mí me vendió un ejemplar – juro que ese sí no me lo regaló- con esta dedicatoria de la cual no sé si alegrarme o preocuparme: "Para Oscar, nuestro jefe de prensa desde hace siglos". Hasta el sol de hoy, los nadaístas me han indemnizado con bellas metáforas, pero la vez que traté de pagar un escueto pollo asado con una de ellas, casi me meten a cárcel por intento de poner conejo.Consultaré con mis abogados la posibilidad de cobrarles brazos caídos.
Elmo es el único autor que conozco que les dice a sus clientes: completa satisfacción o la devolución de su dinero. Aunque el libro lo tengo hace años, hasta ahora he leído los perfiles biográficos de los cuentistas, el prólogo, y los dos primeros cuentos (La Señora Yonosé y Muerte, no seas mujer, ambos de Gonzalo, como le...