Testamento

2.1. El Testamento.

Se basa en un negocio por causa de muerte, en virtud del cual una persona capaz, por su sola voluntad libre, dispone de sus relaciones transmisibles para después de su muerte.El fenómeno jurídico de que una persona puede disponer de sus bienes y para hacer otras disposiciones que van a surtir efectos cuando ya no existe, da dado lugar a múltiples opiniones. Desde luego eltestamento no es la única institución que surte efectos cuando está ausente la voluntad del autor del acto jurídico. Muchos actos “inter vivos” pueden tener efectos aun cuando la voluntad del autorque hizo nacer el acto, no exista ya en el momento de producir sus efectos. Puede suceder, en efecto, que la voluntad que dio vida a un contrato, por ejemplo, aun viviendo el contratante, no subsistaesa voluntad cuando debe cumplirse por que el contratante ha cambiado de parecer. De todas maneras el contrato surtiría sus efectos aunque la voluntad de uno o de ambos contratantes haya variado.Esta facultad de disponer “mortis causa” tiene a su favor, en primer lugar, el consentimiento universal en el tiempo y en el espacio. Su fundamento está en el concepto de derecho de propiedad cuyaesencia consiste precisamente en la facultad de disponer , después en la institución de la familia o sea esa sociedad natural que impone a los padres el deber de proveer a su existencia y a la formación yeducación de los hijos, no solamente durante la vida de los progenitores sino, hasta donde es posible, aun en caso de su fallecimiento.1

2.2. Sus conceptos etimológico, gramatical y jurídico.Concepto Etimológico. El termino testamento viene del latín testamentum, y éste de testis, testigo y de testor, atestiguar.
Algunos la hacen derivar de testatio et mens, testimonio de la mente o de lavoluntad.2
Las fuentes del Derecho Romano proporcionan dos definiciones de testamento:
Ulpiano: Testamentus est mentis nostrae iusta contestatio, in id solemniter facta, ut post mortem nostram...