Testigo

Testigo.

Todas las mañanas esperaba el autobús en la misma parada para ir a algún lado. Ya sea a la escuela, a la ciudad, o a la casa de mi mejor amigo.
Todas las mañanas estaba acompañada poruna chica y un chico. Los tres éramos tan distantes que ni siquiera cruzábamos miradas, pero por mas psicópata o acosador que suene, los había estado viendo.
Hacía años que los tres esperábamos elmismo autobús, desde primero de secundaria; y hoy en segundo de preparatoria, las cosas han cambiado mucho.
La historia interesante comienza cuando a mi madre se le ocurrió que tenía que ir mástemprano a esperar el autobús por mis numerosas llegadas tarde. Ese día fue cuando los conocí. Ella, ni baja ni alta, de ojos grandes y el cabello a los hombros, y el, de rasgos gruesos, ojos oscuros ycabello corto.
Los tres esperábamos lo mismo pero a la vez no esperábamos nada.
Las mañanas pasaban, ninguno decía una palabra, ninguno hacia ninguna acción. Pero un día, lo recuerdo muy bien, ellallevaba una remera de Radiohead. No alcance a notar la cara de sorpresa de él, pero lo único que sé es que estaban hablando de esta banda cuando me saqué los auriculares. Habían entablado una charlacomo si se conocieran de siempre. Capaz que ya se conocían, capaz que no, ¿quién sabe? Era por eso que me interesaba tanto escucharlos.
Escuchar y observar. Observar y opinar en mi cabeza. Jamás fuilo suficientemente sociable como para incluirme a su grupo de dos. Pero aun así, ni él ni ella se iban a imaginar lo que yo podía escuchar.
Hablaban de música, de profesores, de la escuela, de susfamilias, de sus gustos. Comenzaron a hablar de viejos amores, de cartas perdidas, de libros, de pinturas. Comenzaron a hablar de ellos.
Todavía recuerdo como ambos se miraban, recuerdo todos lossentimientos que tenían en sus ojos, recuerdo como deseaba gritarles que se besaran de una jodida vez, pero no lo hice, y fue mi peor error.
Un dia ella y el aparecieron de la mano, al día siguiente...