Testimionio

MEDIA LUZ Y AÚN VIVO
Por: Raúl Sacta Domínguez
Cada vez que los sucesos sorprendentes cobran vida, generan una nueva historia que transforma la forma de pensar y ver el mundo; a veces estos se convierten en hitos y otras en fábulas; lo cierto es que a nuestro alrededor suceden tantas cosas en un segundo, que sería importante detenerse en uno de ellos y observar la realidad que va creando vidapara dejar de ver lo común. Tal es el caso, un suceso, aquel que quiero revivir ahora, en estas palabras.
En este mundo sistemático, los días casi ya están explorados gracias a la rutina que de una u otra manera nos acomoda esta venda a los ojos y nos enmudece con palabras; lo cual cada suceso impactante es ya dominado y tratado por los medios comunicativos de una manera en donde solo se enfocadoa llamar a más gente a consumir el medio, muy pocas veces se logra el entender el verdadero trasfondo de este acontecimiento, encontrar la tristeza o la alegría de los protagonistas, ponerse en los zapatos y sentir aquellas sensaciones.
Los accidentes de tránsito son un sinónimo de crónica roja, para los medios; pero en mi caso lo escribiré como un hecho de vida, en donde el dolor y llanto, fueronpalpitados gota tras gota; sin duda de esta manera, los detalles más efímeros se vuelven luz y aclaran su verdadero sentido.
Alejandro Domínguez, es un carpintero jubilado, de 79 años, nacido en la ciudad de Cuenca, actualmente vive con su familia en el barrio El Paraíso 4, casado con Carmen Granda, tienen 4 hijos y 15 nietos. Aún sigue trabajando en su taller ubicado en su vivienda, este arteque le ha dejado varias anécdotas, este arte que les ha dado vida social y humana.
Su labor inició desde los 22 años, misma edad en donde contrajo matrimonio, suceso que lo obligó a buscar un trabajo que de una u otra manera su parada fue en la carpintería en donde permanecería hasta la actualidad. Alejandro aprendió con grandes maestros por diferentes talleres en donde pasó en busca de un sustentoeconómico para la familia.
En el año de 1965, gracias a los recomendaciones de sus anteriores jefes, Alejandro logró ingresas a la empresa maderera llamada “Arte práctico”, empresa que se dedicaba a la elaboración de muebles y artículos de madera, en donde Alejandro ingresó como carpintero constructor.
Laboró hasta el año de 1985 en donde se jubiló obligadamente, puesto que la empresa quebródejando tras esto, múltiples obrero sin trabajo y a la deriva, aunque Alejandro se jubiló por su tiempo trabajado y ser denominado con uno de los “antiguos” de la fábrica.
El suceso que quiero sacar a la luz en este escrito, es aquel que sucedió hacia el año de 1980, algo que cambio la vida de Alejandro, en un sentido de 360 grados, tanto así que hasta estos días es algo que recuerda como si hubiesesucedido ayer.


Nos centramos en la historia partiendo en el año de 1980; eran épocas navideñas, el mes de diciembre, específicamente el día 22; en aquellas épocas en la cuidad y sobretodo en la familia de Alejandro se preparaba con una anticipación de media año, es decir desde el mes de agosto, para las festividades de navidad, en donde en la ciudad de Cuenca, como es conocido son muytradicionales: “Los pases del niño” y la familia Granda, familia de la esposa de Alejandro, realizaban un “Pase del niño” que ya eran uy tradicional y uy conocido dentro de esta festividad cuenca.
Cabe recordar además que en los diversos barrios que vió nacer la ciudad, los habitantes eran muy unidos; existían diversos clubes en donde vecinos y familiares siempre se reunían y convivían juntos variedad defestividades, convivencias, encuentros, campeonatos. Todo esto fortalecía los lazos de amistad entre barrios, en donde por lo general todos se conocían entre sí.
La travesía inolvidable de Alejandro engendró aquel miércoles 22 de diciembre, en donde como de costumbre cada año la familia preparaba un sinnúmero de actividades que se iban a llevar a cabo desde el 24 de diciembre con la conocida “Noche...