Testimonio Parto En Casa

Nacimiento de Manú, 4 de abril 2011. Parto en casa.

Recibir a nuestro hijo en casa fue para mí la experiencia más intensa que haya vivido. En mi corazón era tanto un sueño a cumplir como un compromiso de sanación con mi ser mujer, que me llevó, hace unos años a meterme de a poquito hasta sumergirme profundo en el mundo del parto humanizado, desde lecturas que me sacudían todas las estanteríasmentales y emocionales hasta vivencias que me marcaron como el acompañar a una amiga en el parto de su hija en casa.

La decisión de parir de esta manera no garantizaba que todo fuera a salir bien como en un cuentito, sino que requirió de nosotros un compromiso con todo el proceso de embarazo, manteniendo un sana alimentación, ajustando las diferencias en la pareja, con la mayor comunicaciónposible, preparándose cada uno para recibirse como padre y madre, y generando las condiciones afectivas y la energía de templo en nuestra casa. Además disfrutamos tanto de todo el acompañamiento de Ale, la partera, en todo el embarazo.. su mirada y abrazo hacia los tres nos guió mucho. Hubo controles mensuales, ecos y demás exámenes junto con charlas donde aprendimos mucho. Cada pasito nos fueenseñando, nutriendo y afianzando para ser, los dos, los pilares de este próximo paso en el camino, el parto.

Para el 3 de abril ya estábamos en fecha, en la semana 40. Ese domingo me desperté diferente. Había empezado, muy de a poquito a perder el tapón mucoso y a sentir de forma intermitente esas contracciones como de dolorcito de ovarios. Sentía que el viaje había empezado ya que me sentíacomo en un barco, navegando. Estuvimos con esteban compartiendo, en escucha. Yo no me podía sentar mucho, ni acostarme. Necesitaba todo el tiempo estar en sutil movimiento, tranquila. Me imaginaba que esa sensación podía durar un día como varios, así que con calma salimos a caminar de tardecita, despacito porque la panza se endurecía seguido.

Esa noche, después de cenar y darme un baño calentitome bajó todo el cansancio y me acosté. Eran casi las 10 de la noche cuando se levantó un viento de tormenta con lluvia y escuché y sentí un “pac” de la bolsa al romperse. Empecé a perder liquido y enseguida me paré y como estaba atenta y aún con las antenas para afuera, preparamos los detalles de último momento, como el inflar la piletita de parto en el living, prender velitas, dejar todo a manoy caer en que el trabajo estaba empezando.

No tardaron ni 10 minutos en llegar las contracciones que absorbían mis sentidos para adentro, asi que empezamos a tomar nota de su frecuencia, la duración y las pausas. Venían cada 4 minutos y duraban 40 seg aprox. Sin parar de caminar suavecito, deambulando por toda la casa, cada contracción me iba haciendo entrar en este estado de concienciaalterado que cuando se colaba la mente llegaba el dolor. Ahí Esteban me sostenía las manos y la mirada y me traia a tierra, al aquí y ahora, y yo podía anclar cuando “me volaba”.

Llamamos a Caro, nuestra amiga que nos acompañaría durante el trabajo, asistiéndonos a nosotros y a los médicos en todo lo necesario. También llamamos a Alejandra, y fuimos informándole constantemente de la frecuencia delas contracciones; nos decía que podían seguir, como también parar unas horas y eso era normal. Pero no pararon, fueron haciéndose naturalmente más intensas.

A la 1 am llegaron Ale y Carlos, los médicos. Se acomodaron silenciosamente, de testigos. A esa altura yo ya hablaba con la mirada y “miraba sin mirar”. Las contracciones se hacían mas fuertes y yo me movia y caminaba despacito en unvaivén. Me apoyaba o me agarraba fuert e de las manos de Esteban y liberaba el sonido. Sonidos que fueron acompañando la transformación. Ale iba y venia, me leia el movimiento, la mirada y dulcemente me guiaba con alguna palabra, mimo o masajito con aceite en el sacro. Que bien me hacía eso!!! . También monitoreaba al bebé y escuchar sus latidos de locomotora me metia más en el viaje.

En un...