Texto del Maestro
Dejó mujeres viudas, hijoshuérfanos, a padres sin hijos, a esposas sin sus maridos. Esta guerra declarada del gobierno federal que encabezó Felipe Calderón Hinojosa a los narcotraficantes cambió la forma de vivir, pensar yentretenerse de los regiomontanos.
Los cuerpos policiacos estatales y municipales estaban corrompidos por los cárteles de las drogas y aquí en Nuevo León, la plaza fue disputada a sangre y fuegopor los Zetas y el Cártel del Golfo, que años atrás eran del mismo grupo delictivo y al separarse sus enfrentamientos fueron violentos y numerosos, con saldos de muertos, heridos, desaparecidos.Imágenes de cuerpos cercenados, quemados, colgados de puentes peatonales; cadáveres robados ante la mirada de reporteros y policías. La guerra fue sin cuartel y abarcó muchos meses de zozobra,incertidumbre, violencia, sangre y muerte en las calles de Monterrey y en su zona metropolitana.
El gobierno reaccionó con la creación de Fuerza Civil, policía que empezó a sustituir a las policíascorruptas, pero contó con el apoyo del Ejército Mexicano, Marina Armada de México y Policía Federal.
Se empezó la limpieza de todas las policías municipales con la finalidad de que acreditaranlas pruebas de control de confianza y ser policías confiables.
Monterrey poco a poco se recupera de esa escalada de violencia que el peor día dejó 33 muertos, cifra jamás existente de violencia.Aunque en Cadereyta se encontraron 59 torsos de hombres abandonado en el ejido San Juan; aunado al ataque del casino Royale que dejó 52 muertos y dos nonatos; además de la matanza en el penal deApodaca, el múltiple crimen del bar Sabino Gordo, entre otros ataques.
Nuevo León ahora trata poco a poco de recuperar de nuevo la vitalidad y convertir a Monterrey como la Sultana del Norte.
Regístrate para leer el documento completo.