Texto Geocultura del Hombre American
Autor: Rodolfo Kusch.
Capítulo 2: APROXIMACIÓN A UNA GEOCULTURA
EL PUNTO DE VISTA GEOCULTURAL
Es curioso que el mar no haya constituido un problema para la cultura argentina. Las menciones
que se hacen del mar durante la colonia son en general de un tipo centralizante. Se trata de defender la colonia de invasiones y entonces habia que tomar las medidas dcl caso. De ahí los viajes de Biedma y del
piloto Villarino. Pocas veces se hacen concesiones para la explotación del mar propiamente dicho, o para
ejercer sobre él un dominio. Esto hace pensar que hay dos formas de referirse al mar, una se refiere a su
condición de simple lugar de fácil acceso, y la otra es tomarlo en sí mismo como un ente explotable o de
instrumento de soberanía. En general ha predominado siempre el primer criterio. ¿Por qué?. Seguramente por la formación
de la cultura popular en Argentina. Ante todo, lo tecnológico depende evidentemente de lo cultural. Si lo
cultural es eso que tiene raíces en la vida cotidiana y que alberga gestos y actitudes y a partir de ahí da pautas para nuestro quehacer superior, esa cultura así entendida forzosamente habrá de condicio
nar
incluso el comportamiento de la nacionalidad frente al mar.
Pero entre nosotros hay que pensar los fracasos a partir de una escisión entre una cultura popular y
otra que no lo es. Y nuestro comportamiento nacional depende de una cultura mediterránea, y no es otra
que la popular. Es más, nuestro país está constantemente presionado por la cultura popular. La Argentina tiene sus raíces culturales en su mediterraneidad, mal que nos pese a nosotros los
porteños. Al principio fue el eje del litoral que termina por encontrar su sede en Asunción. En segundo
término el que se aglutina en torno a los valles calchaquíes, y, finalmente, el que penetra por Chile y se
ubica en Cuyo y que tiene serias injerencias en los anteriores. Los tres ejes condicionan la geocultura argentina, especialmente la popular, y repercuten en todo sentido a través de toda la historia. argentina.
Constituyen el sostén principal del federalismo, se eclipsa después de 1853, pero vuelve a darle el poder a
Roca, para que, luego de varias vicisitudes, reaparezca con la fuerza principal del peronismo.
Recién con el cuarto centro geocultural, o sea Buenos Aires, se concreta la fisonomía que consideramos hoy como Argentina. Promovida desde los virreyes borbónicos en adelante, convertida en
una empresa aduanera, y sometida a los intereses internacionales, inicia, como es natural, un ritmo
contrario a la cultura popular. Mejor dicho, se convierte en el factor culturalizante y colonizante por
excelencia, que termina por dominar los resortes más importantes de la República. Desde Rivadavia que
proclama en 1812 “el pleno goce de los derechos del hombre en sociedad”, pero en el sen
tido iluminista,
como si perteneciéramos a la sociedad francesa de la época, pasando por Sarmiento con su criterio
específico sobre la civilización, hasta Roca o el desarrollismo moderno, todo ello está condicionado por el
cuarto eje geopolítico Buenos Aires. A raíz del incremento que empieza a tener Buenos Aires se con
vertirá en un país híbrido. Y digo
híbrido porque a partir de la inje
rencia de Buenos Aires, transformada en centro geopolítico, comien
za a
perderse la coherencia interna de la nacionalidad y se produce una distancia irremediable entre clase
dominante y clase popular. Ya no hay diálogo entre la propuesta civilizadora y el lenguaje que habla el pueblo. Si el pueblo sigue su ritmo biológico de una cultura mediterránea, Buenos Aires a partir de 1853
habla de un ritmo mecá
nico de asimilación progresiva de formas culturales extrañas con las cuales la
cultura popular no tiene nada que ver y que incluso rechaza.
La irrupción que ejerce Buenos Aires y su sentido distorsionante se advierten en que no logra un ...
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