Texto Narrativo

Ángel, un chico de apenas 14 años, sentía que su juventud se iba volando con la rutina que llenaba su día a día. Luego de despertar por las mañanas, se levantaba casi sonámbulo y tomaba una ducha,vestía su ropa diaria con los ojos entreabiertos, desayunaba la comida preparada por su madre, se despedía de ella y partía al colegio. Era tan mecánico su comportamiento que parecía simular un robot.La mañana se pasaba lenta mientras estaba en clases con los ojos fijos sobre aquel tablero verde que cubría la pared y aquella persona que trataba de enseñar algo a él y a sus compañeros. Los tiemposde descansos no le eran necesarios, pensaba que era tiempo perdido pues no los aprovechaba en otra cosa que no fuera repasar lo visto en el aula. En varias oportunidades intentó conversar con algunode sus compañeros pero su personalidad tímida no lo ayudaba. Pese a ser un chico físicamente atractivo y algo atlético no llamaba la atención de los demás, pasaba desapercibido. El timbre que marcabael final del día de clases era un sonido glorioso para sus oídos, desesperaba por llegar a casa para seguir estudiando o para leer algún libro y así finalizar su tarde. Caída la noche ayudaba a sumadre con algunos quehaceres del hogar y luego se acostaba a dormir.
Esto pasó por días, semanas o, quizás, meses; hasta que el afán de Ángel por llegar a casa se vio interrumpido. Un pequeñoaviso acompañado de una figura deportiva decía: “Escuela de iniciación te invita a practicar voleibol. Deporte complejo pero no imposible”. Para Ángel esto era nuevo, nunca había escuchado de ningún otrodeporte que no fuera béisbol, futbol, básquet, o cualquier otro que mencionaran los chicos de su colegio.
Intrigado por ese anuncio se acercó a ver la práctica de inicio que se llevaba a cabo.Después de pasar la tarde viendo el entrenamiento, se emocionó al aprender algo nuevo, sin embargo llegó a la conclusión de que era algo muy difícil de hacer por lo que decidió irse del lugar. Al...